Nadie duda que el Girona tiene, sino el mejor, uno de los mejores cuerpos ofensivos de toda la Liga SmartBank. Su mastodóntico presupuesto, comparado con la gran mayoría de sus rivales, se lo permite, aunque luego en el campo se despierten más que dudas sobre su rendimiento. Antes del parón por la pandemia, el Girona de Pep Lluis Martí parecía haber encontrado el camino y el equipo empezaba a ser más solvente.
Pero tras la vuelta el equipo se ha atascado. No marca, de hecho, crea pocas ocasiones, aunque al menos para su suerte apenas encaja y así ha sumado al menos dos puntos. Un bagaje, eso sí, que le han dejar de ser candidato al ascenso directo como reconocían tras el encuentro de Elche muchos de sus jugadores. Ahora el play-off es el único objetivo, pero si no vuelve la chispa goleadora, hasta eso peligrará. De momento son sextos, pero con muchos equipos acechando por detrás.
Esa chispa desde luego se personaliza en la figura de Cristhian Stuani, que ha logrado 23 goles de los 40 totales del cuadro blanc-i-vermell. Ha vuelto sin ese ‘mojo’ como sus compañeros de armas (Jonathan Soriano, Samu Sáiz, Borja García, Jairo Izquierdo, Zeballos y Gallar) que tampoco están sabiendo acertar entre los tres palos. Y es que acumular 270 minutos sin marcar es una losa muy pesada para un ataque al que el portal web Transfermarkt valora en 12,4 millones.
Tendrá Pep Lluis Martí que buscar una solución pronta a ello. Hasta ahora no se le puede achacar un tema de rotaciones, pues Stuani y Borja García lo han jugado todo y casi todo respectivamente. De proseguir con esa sequía este miércoles frente a un Numancia en plena caída libre, en Montilivi podrán decir ya sin tapujos que tienen un problema.