Barcelona |
2 | 2 | Atleti |
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El partido en un desolado Camp Nou, y no por la convulsa situación del conjunto culé más bien por la nueva normalidad, tuvo un inicio intenso. El Atlético de Madrid no estaba de paso por Barcelona y el conjunto local tenía mucho en juego en este partido, pues un -nuevo- tropiezo podría suponer un distanciamiento mayor con el Real Madrid. Una situación, quizás, imposible de remontar.
El duelo, siempre un choque prometedor, entre el segundo clasificado y el tercero tenía el listón alto, al venir los de Simeone de su racha de vitorias más longeva -en LaLiga– en la presente campaña. Y la importancia de este encuentro se hizo notar bien temprano, por unos centímetros Giménez no consigue cabecear un balón parado botado por Carrasco, una jugada muy clara para los intereses de los rojiblancos. El Barça proponía con el balón en su haber, el Atlético de Madrid esperaba en campo propio, el guion era el esperado por todos.
Un robo de Rakitic, ante la salida de Thomas, en la frontal del área rojiblanca ocasionó la que sería la primera estirada de Jan Oblak. El croata soltó un duro derechazo tras la recuperación, con bote cerca del cuerpo del guardameta, que fue repelido por el esloveno. Parecía encontrar mejores incorporaciones desde el costado diestro de los locales con un incesante Semedo, dueño de la banda derecha, debido al baile de Messi en la zona interior. Sería desde la esquina de aquella banda donde los de Setién encontrarían el primer gol del partido. El saque de esquina venía precedido por una falta cerca de la línea de saque de portería y de la línea que da comienzo al área de Oblak. El disparó de Messi encontró en el primer poste a Costa, quien repelía el balón a saque de esquina.
En la jugada siguiente, ambos protagonistas volvieron a encontrarse, aunque con beneficio de los blaugranas. Messi botó al primer poste, donde cabecearía Busquets, sin que nadie tocase el balón sorprendió a Costa, quien poco pudo hacer para alejar el balón de la portería. La pelota fue a golpear en la parte posterior del muslo izquierdo del hispanobrasileño. Un contacto suficiente para cambiar la trayectoria del centro e introducirse en el fondo de las redes de la portería de Oblak. Uno a cero y Setién parecía tomar aire ante tanta presión.
Sin embargo, el respiro se convirtió en suplicio cuando minutos después vio galopar a Carrasco, zafándose por velocidad y luego recortando ante Vidal, quien cometería penalti. La sonrisa volvería cuando ter Stegen detuvo el lanzamiento desde los once metros de Costa. La noche más oscura para uno de los jugadores que mejor han vuelto del parón del Atlético de Madrid. Todo parecía ir a pedir de boca para el Barcelona, hasta que el colegiado recibió la instrucción del VAR para repetir la pena máxima por no tener ninguno de los dos pies en la línea de fondo del portero alemán. El lanzador no fue el mismo, pero sí el lugar donde fue la pelota. Saúl lanzó con pierna izquierda a su lado natural y el marcador volvía a igualarse.
Cada equipo seguía el plan establecido previo al encuentro, ambos conjuntos se encomendaban a sus divinidades, los locales a la zurda del ’10’ y los visitantes a los guantes del ’13’. A pesar de la vertiginosa actuación de Carrasco, más desaparecido Correa en la banda derecha. Un primer tiempo en el que la equidad reinó de diferentes formas. Todo lo contrario en los blaugranas, con un costado diestro más participativo que el izquierdo.
El segundo tiempo conservó ese ida y vuelta de los primeros cuarenta y cinco minutos, dos estilos contrapuestos con buen resultado. La posesión, en cuanto a porcentaje, caía de los servicios de los locales, sin embargo esto no se traducía en control y dominio, puesto que el partido estaba muy abierto y con oportunidad para ambos por declinar a balanza en favor de cualquiera de los dos equipos.
La polémica saltaría a jugar -de nuevo- cuando Felipe trastabillaba a Semedo en un intento de alejar el balón del área rojiblanca. El portugués anticipaba al brasileño y la puntera del central del Atlético de Madrid derriba al atacante blaugrana. Messi abraza la pelota, la acurruca en el punto caliente del área, a once metros de Oblak, a once pasos -aproximadamente- de su gol 700. Hernández Hernández sonó su silbato y el argentino corrió directo al balón, rápido, tanto que pareció olvidar de golpear la pelota. Su sutil golpeo, como aquel que toca sin querer molestar, hizo despegar del suelo el esférico, haciendo el dos a uno.
Pero, la ausencia de control, un equipo que apretaba y seguía proponiendo vertiginosos ataques, desembocaron en un nuevo -y definitivo- empate. Otra vez Saúl, otra vez desde el punto de penalti y nuevamente con Carrasco como principal provocador. La zancada del belga dejó atrás a Semedo, tanto que su rodilla colisionó con la pierna izquierda del ’21’. Un contacto más que suficiente para hacer caer al extremo y que el árbitro pitara el tercer penalti del partido, el cuarto lanzado. De nuevo Saúl, al mismo lado que el anterior, a la misma altura, aunque con más fuerza, la justa para que ter Stegen no pudiese repeler con eficacia la pelota. Tercera pena máxima que le lanzaban al alemán, segundo que adivinaba la dirección, segundo que tocaba, aunque de nada valió pues no consiguió conservar la ventaja de su equipo.
El partido siguió roto, con muchos espacios, más en las transiciones defensa-ataque del conjunto colchonero, que en las ofensivas de los de Setién. Los de Simeone replegaban rápido, permitiendo atacar con un buen número de efectivos y defender con una cifra mayor. Los locales acumularon muchos jugadores en los alrededores de la frontal del área de Oblak, nuevamente, el equipo de Setién acusó de un juego demasiado plano, predecible que no sorprendió a la zaga rojiblanca.
Los tímidos intentos desde larga distancia del Atlético de Madrid, como un duro disparo de Joao Félix al medio o fácil golpeó de Morata, no incomodaban. Así como tampoco dificultó a la defensa visitante las conducciones desde la banda al centro de Messi, en busca de algún socio por el camino o los intentos de llegada desde segunda línea de Vidal. El partido perdió vertiginosidad y ritmo, descendieron las oportunidades y el empate cada vez era una garantía más segura. Y así fue, el marcador no volvió a moverse, pero sí que se marchaba -un poco más- el título al FC Barcelona.
Ficha técnica | |
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FC Barcelona: Ter Stegen (3): Semedo (2), Piqué (2), Lenglet (3), Jordi Alba (2); Rakitic (2) (Sergi Roberto (2), 62’), Sergio Busquets (2) (Ansu Fati (s.c.), 85’), Arturo Vidal (2) (Griezmann (s.c.), 90’), Riqui Puig (2); Messi (3), Suárez (1) | |
At. Madrid: Oblak (2); Arias (2), Felipe (2), Giménez (3), Lodi (3); Correa (2) (Vitolo (s.c.), 85’), Thomas (2), Saúl (3), Carrasco (3) (Lemar (s.c.), 85’); Llorente (2) (Joao Felix (2), 69’), Diego Costa (2) (Morata (2), 76’) | |
Goles: 1-0, Diego Costa, p.p. (11’); 1-1, Saúl, pen. (18’); 2-1, Messi, pen. (49’); Saúl, pen. (62’) | |
Árbitro: Hernández Hernández (Comité Canario). Tarjetas amarillas a Ter Stegen (17’), Piqué (18’), Saúl (36’), Felipe (51’), Messi (61’), Arturo Vidal (66’), Diego Costa (76’), Carrasco (79’), Lemar (90’) | |
Incidencias: Partido correspondiente a la 33 jornada de LaLiga Santander disputado en el Camp Nou |