Un paso de gigante para la liga
El Getafe despachó un muy buen encuentro, pero un penalti de Mathias Oliveira habilitó a Sergio Ramos para dejar la liga casi sentenciada
Sergio Ramos, desde los once metros, desbloqueó un partido que el Getafe había llevado a su terreno y había ‘embarrado’ hasta el punto de desesperar a su rival, un enemigo que se veía impotente de dominar, de tener la pelota y, en muchos momentos, ni siquiera de salir de su campo. Cuando más difícil lo tenían los de Zidane, Benzema apareció, como en Montjuic, para crearle la superioridad necesaria a Carvajal y que éste forzarza una pena máxima. El camero la transformó en tres puntos que pueden valer una Liga.
La suplencia de Valverde y la presencia de Vinicius por el lesionado Hazard eran las novedades en un once de Zidane sin demasiados cambios y sorpresas. Sí lo hací aun Bordalás que cambiaba de sistema (4-5-1) para tratar de tener superioridad en el centro del campo y no darle opción al Madrid de dominar a partir del juego de Kroos y Modric.
Por si quedaba alguna duda de lo duro que iba a ser y de que el Getafe iba a ir al límite, a los diez segundos de partido, los azulinos ya habían visto la primera amarilla tras un plantillazo de Timor.
Benzema remataba sin peligro a los dos minutos, pero ya era un aviso de lo que el Madrid buscaba, ampliar su ventaja sobre el Barça cuanto antes. Sin embarho, su rival lo maniataba con muchos hombres y una fuerte presión, y las primeras llegadas con peligro se las apuntaba un Getafe que también llegaba con la intención de seguir soñando con la Champions.
A los 9 minutos, Courtois sacaba una mano cuando el balón se colaba en su portería. El remate de Maksimovic se había envenenado tras golpear en un compañero, pero el meta belga lograba evitar el tanto con una estirada espectacular.
Eso espoleó aún más a un Getafe que siguió a lo suyo ante un Madrid que no era capaz de pasar con claridad del centro del campo. Kroos, Modric y Casemiro no aparecían, los balones a Isco o Benzema sólo llegaban en pases largos, que acababan en los pies de sus rivales, y cuando intentaban salir con el balon jugado, habitualmente lo perdían, con lo que se transformaba en ocasión de peligro para el Getafe. En una de ellas, Carvajal rozó la expulsión. Sólo le libró de ello, que Varane estaba al lado y podía llegar al corte.
Tal era la desesperación blanca que hasta Benzema bajaba a su área para tratar de avanzar, aunque sus esfuerzos se chocaban contra una muralla. Mientras, el nerviosismo aparecía ya en unas huestes blancas que acababan achicando balones.
Veintitrés minutos tardó en Madrid en llegar con claridad, tras una contra, a la portería de Soria, pero con su contundencia casi es definitiva. Vinicius ejercía de delantero centro, remataba un centro de Mendy a la esquina y el exportero del Sevilla la sacaba con un paradón.
La primera llegada merengue pareció ser un aviso de que el partido iba a cambiar y, pese a que el Getafe seguía a los suyo, los madridistas se envalentonaron y empezaron a merodear con más asiduidad la meta visitante. La mala noticia para ellos fue que perdían al que hasta ese momento había sido su mejor hombre, un Varane que lo había sacado casi todo y al que un golpe le había dejado K.O.
Una jugada de ataque getafense, la enésima, en la que Carvajal rozó el penalti y la expulsión, acabó en una contra madridista que, pese a un error en el pase, el balón acabó en Isco, quien remataba de volea para que Soria desviara a córner (36′).
Era una acción esporádica, pero que dio paso a los mejores minutos del Madrid. Los blancos, por primera vez, podían dominar en campo contrario ante un Getafe que había reducido la presión, aunque sin renunciar a su idea de buscar las contras. No obstante, este dominio sólo dio para ver antes del descanso una llegada de Vinicius, que acabó con un disparo flojo y desviado de Benzema, y un centro sin consecuencias de Carvajal.
Más descansados, el Getafe retomó su presión tras el descanso y el partido volvió al mismo punto del inicio, con los blancos incapaces de salir de su campo y los de Bordalás atancando, con menos complejos aún que en la primera mitad.
No lo veía claro Zidane, que hacía un triple cambio (63′) para intentar variar el signo con la entrada de un cansado Modric, y de unos Vinicius e Isco, que no habían estado muy acercados. Rodrygo, Asensio y Asensio eran los encargados de variar el partido. Bordalás seguiá confiando en los mismo que llevaban dando una lección de orden y disciplina desde el primer minuto.
Y Asensio encontró el espacio que apenas había visto Vinicius. Con él y Rodrygo el Madrid abrió el campo y empezó a meter balones en el área. Benzema cazó una, pero su disparo salió ligeramente desviado. A continuación, Damián le quitó un balón en la bota al francés… Bordalás respondia moviendo ficha, pero Rodrygo siguió entrando por banda derecha mientras se llegaba al último cuarto de hora de partido.
El dominio madridista ya era claro y, aunque sin profundidad, llegaba una y otra vez. Y con tanta calidad arriba, que apareciera algún toque maestro era cuestión de tiempo. Llegó por parte de Benzema, como ante el Espanyol. El francés bajó a recibir y, de primeras, puso en ventaja a Carvajal para que se metiera solo en el área, llegó hasta el fondo, recortó y Olivera lo derribó. Claro penalti que transformó Sergio Ramos con su habitual tranquilidad.
Ahí ‘acabó’ el partido. El Madrid no estaba dispuesto a complicarse más y, ante un Getafe muy cansado, se dedicó a mover la pelota sin descanso y a ver cómo su rival se hartaba de correr detrás de ella. Bordalás hizo un último intento con la entrada de Ángel, pero el Madrid no dio ni una opción. Tres puntos que pueden valer una Liga.