La victoria del CD Mirandés ayer frente al Elche dejó claras dos cosas. La primera es que el cuadro rojillo ha certificado con tres jornadas de margen la salvación matemática, objetivo del club que no conviene olvidar tenía el tercer tope salarial más bajo de la categoría. La segunda es que el club rojillo tiene licencia para soñar con alcanzar el play-off, del que se ha colocado a dos puntos.
Todos los actores que atendieron a medios de comunicación tras la victoria ante los franjiverdes mostraron esta ambición. Quedan tres partidos y toca pelearlo, aunque las fuerzas, como reconocía alguno, están muy justas. El corto número de efectivos en la plantilla rojilla no juega a su favor, ya que además ayer sumó un nuevo lesionado, el capitán Gorka Kijera, que podría perderse lo que resta de campaña. No sería el único, pues Andoni Iraola se mostró pesimista sobre otro jugador en la enfermería: Jon Guridi.
El azpeitiarra se lesionó el pasado 28 de junio en un gemelo frente a la UD Almería. Un encuentro en el que además logró su tercer gol de la temporada. Pasada semana y media de aquel edema, el jugador cedido por la Real Sociedad no mejora. Algo sobre lo que el técnico de Ursubil ya dejó caer su pesimismo sobre que pueda jugar en los tres partidos que restan: «Sufrió un golpe ante el Almería y acabó de aquella manera, no ha podido entrenar desde entonces». declaró antes del partido ante el Elche; pero tras éste empeoró su diagnóstico: «No sé si vamos a poder recuperarlo para los partidos de más adelante».
De confirmarse, su baja sería sensible. No en vano, Guridi ha sido indiscutible en el equipo cuando ha estado disponible. Ha disputado 3.100 minutos en 38 encuentros, 33 de ellos como titular, siendo uno de los motores rojillos. Ésto le ha valido para retornar a la Real Sociedad, donde hará la pretemproada y tendrá una notable oportunidad, ante las bajas de Zurutuza y Sangalli de hacerse un sitio en el primer equipo txuri urdin.