Desde que la liga se reanudó Marc Bartra ha sufrido poco menos que una pesadilla perenne. Todo comenzó con aquel penalti más que dudoso en el derbi que, aunque el cuadro verdiblanco estaba siendo inferior, le costó el partido al Betis. Después llegó una suplencia, vuelta a la titularidad marcando el gol de la victoria frente al Espanyol, pero saliendo «en la foto» en acciones que le pudieron costar aquella victoria al Betis.
Aun así, siguió en el once. En el encuentro frente al Levante no salió en una foto, sino en varias. Incluso Alexis Trujillo dijo que se sentía avergonzado de su encuentro; pero el rendimiento siguió siendo igual de pobre frente al Villarreal con un penalti cometido. Sustituido ese día al descanso nada más hasta ahora se ha sabido de Bartra. Ha estado los dos últimos en el banquillo y este sábado en el Metropolitano podría sumar el tercer encuentro seguido.
Una situación que, unido a la mejoría de rendimiento con la pareja que forman Mandi y Feddal (que dejará el club al terminar la temporada), no es casualidad. Desde el club se ha querido dar un toque de atención a Bartra de que su rendimiento es muy flojo para un jugador con su estatus deportivo y salarial en el Betis. Nadie es intocable y aunque las condiciones del central son muy del agrado de Pellegrini, no es intransferible.
Marc Bartra tiene contrato hasta 2023 y es una de las fichas más altas de la plantilla bética. Así, como suele ocurrir con la llegada de un nuevo entrenador, el central tendrá que ganarse no solo un puesto en el once. Sino que desde el Betis le vigilarán para, si sigue dando ese bajo rendimiento, poder incluso buscar una salida del club.