Permanencia matemática u otra flagelación

Balaídos será este jueves una plaza donde se dirimirá la permanencia en Primera División -en jornada unificada con el «pinganillo» echando humo, pendiente de otros resultados influyentes-, entre un Celta que lleva sin ganar desde el 24 de junio en Anoeta y un Levante que obtuvo el billete en la categoría para la campaña 2020-2021 hace 4 jornadas. Son 21 días, en los que los olívicos cosecharon 3 puntos en 5 encuentros.

Un Celta que vuelve a las andadas de la primera vuelta y cursos anteriores. Si hasta su última victoria ante la Real Sociedad por 0-1, llevaba un bagaje de un gol encajado en 6 encuentros, tras el mismo recibió 12 tantos. El mayor revés ante el Mallorca por 5-1. La fiabilidad inverno-primaveral del equipo defensivamente se vino abajo en las islas. Y sin Jeison Murillo, se bajan enteros en esa faceta, como se pudo ver el pasado sábado en Pamplona.

Un partido que comenzó bien para los de Óscar García, con la diana de Santi Mina -ratificada por el VAR, tras evaluar la posición dudosa de remate del canterano-. Después del mismo, el Celta fue a menos, pecando de conformismo con el exiguo resultado y encajando sendos tantos de Enric Gallego y de José Arnaiz (éste último en las postrimerías del choque), por errores gruesos en el marcaje y pérdidas de posición como las de Hugo Mallo y el ghanés Aidoo en la igualada.

La lucha por la permanencia es tal que así: Celta y Alavés con 36 puntos, fuera de las posiciones de la quema mas Mallorca y Leganés (que evitó el descenso el domingo tras doblegar al Valencia) con 32 puntos. La tendencia gallega actual es fiarlo todo a que los rivales no sumen y dando por válidos resultados cortos y empates propios, en el peor de los casos. Ese es el semblante que preocupa al seguidor celeste, que la pasada semana se contentó con la igualada ante el complicado Atlético de Madrid y enfurecido por desaprovechar la gran oportunidad de cerrar otro flojísimo curso en El Sadar. Hasta da la sensación de que ni el complicado cuarto Trofeo Zarra consecutivo de Aspas sea un aliciente para competir.

Y no hay peor rival que un Levante con los deberes hechos y sin nada en juego, hacia posiciones más avanzadas. Nunca se sabe que onda traerá el conjunto de Paco López (entrenamiento vespertino abajo). Si el pasotismo empleado hace menos de una semana ante el Mallorca, lo que provocó la derrota granota por 2-0, o un equipo competitivo. Este es el caso de cuando destronó a un Barça invicto en la jornada 37 de la temporada 2017-2018 por 5-4.

Los levantinos llevan 2 puntos de 12 posibles. Y es que esde que ataron la estadía en el Olimpo del balompié español, después de vencer al Betis 4-2 el último domingo de junio. Le sucedieron las insulsas igualadas ante Valladolid y Real Sociedad y las derrotas en Mallorca y ante Athletic Club en La Nucía.

En lo tocante a las visitas valencianas al feudo pontevedrés, la más reciente es una goleada de los de Paco López por 1-4. Un día recordado en Vigo por la fugaz expulsión de Ryad Boudebouz, el penalti de la vergüenza que el capitán Hugo Mallo no le permitió lanzar al marroquí Boufal, para así dejárselo al canterano Brais Méndez y la recaída en el calentamiento para entrar en la segunda parte del estelar Iago Aspas.

En la temporada anterior, fue el último encuentro de Juan Carlos Unzué en el banquillo celeste, con nada en juego ya y finalizando 4-2 para los suyos. Le anteceden un festival con Eduardo Berizzo (4-3 en la 2015-2016) y otra goleada con el preparado argentino (3-0 en la 2014-2015). Con Luis Enrique se data la anterior derrota en un encuentro con una incesante lluvia, apagón incluido y para más inri el gol de Pape Diop en el descuento (0-1). La única igualada de la última década es en la 2012-2013 (1-1).