Llegó Luis García Plaza a la nave bermellona, para volver a dirigirla a buen puerto. La Liga Santander será su destino, pero por el camino se va a encontrar mil obstáculos, que hacen de la Segunda División una de las categorías más competitivas y complicadas del panorama europeo.
El preparador madrileño, llega con mucha experiencia en España bajo los brazos, pero sus últimos trabajos han sido lejos del ámbito nacional. Luis García viene de entrenar a Al Shabab, con un breve periplo en el Villarreal, donde el ratio de puntos conseguido fue insuficiente para mantener el cargo durante más de tres meses. En el Al Shabab y en China ha acumulado 22 partidos donde sacó 1,45 puntos y 0.18 respectivamente. Dos etapas cortas y con mal sabor, pero a Luis García le avalan otras cosas.
El nuevo entrenador del Mallorca es un optimista empedernido, con un gen motivador extremadamente desenvolupado. Por otro lado, sus grandes trabajos en Getafe y Levante han sido los motivos prioritarios con los que se ha quedado la propiedad para hacerse con sus servicios. En el conjunto granota, llegó para mantener al equipo en Segunda y lo subió a Primera desplegando un fútbol vistoso y efectivo. Su primer año en la categoría, consiguió la permanencia de manera holgada, dejando así al Levante, asentado en Primera.
En cuánto a estilo de juego, Luis García, suele optar por un 4-2-3-1 con un doble pivote mixto y con los extremos lo más profundos posibles. En fase defensiva suele defender en bloque y con defensa zonal. Los laterales, suelen subir, pero sin ser demasiado agresivos arriba, guardando bien sus espaldas.
En cuanto al balance goleador, sus equipos suelen tener facilidad para encontrar puerta y parecen sólidos. Esto depende de los jugadores que le ofrezcan desde la dirección deportiva. Por ahora, hay que hacer limpieza y luego apuntalar un equipo. Se tiene que mantener el pasillo de seguridad. Mejorando laterales, portería y extremos, el Mallorca será claro candidato a estar arriba.