ANÁLISIS | Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini, jefes en Iberostar Tenerife
Tras una decepcionante Fase Final en Valencia, el conjunto de Txus Vidorreta quiere volver por sus fueros esta temporada
Iberostar Tenerife encara una temporada más que ilusionante tras un difícil colofón al curso anterior en la Fase Final, donde los de Vidorreta no desplegaron en ningún momento el gran juego que les permitió llegar al parón por la Covid-19 establecido en la cuarta posición por delante del que sería campeón, el Baskonia o el Valencia Basket, dos equipos de Euroliga que no pudieron mantener la misma regularidad de los tinerfeños.
En esta última temporada, las gradas del Santiago Martín de San Cristóbal de La Laguna pudieron disfrutar de los éxitos de una dupla letal, que desde la posición de base y de pívot, consiguieron liderar al equipo canario en las dos competiciones que disputaba. Esos dos nombres no eran desconocidos para el aficionado al baloncesto español sino que se trataba de dos hombres con extensa trayectoria en la ACB y en el basket continental. Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini llegaban a la isla para dar un impulso más a su gran carrera y convertirse en las figuras de un equipo que cada año crece más.
Marcelinho Huertas: O’Metrónomo
A sus 36 años, el base brasileño aterrizaba en Tenerife después de haber alcanzado todos los sueños de cualquier jugador profesional de baloncesto. El carioca, contaba en su palmarés con varias Ligas ganadas, un título de Copa del Rey, Supercopa. Además, había logrado debutar en la mejor liga del mundo, la NBA y tan sólo se le había escapado el entorchado de la Euroliga pero había lucido el escudo de algunos de los mejores equipos del continente (Joventut, Baskonia y Barcelona) y se había convertido en uno de los mejores jugadores de la última década.
Poco más le quedaba por conseguir en su carrera al brasileño, pero el hambre competitiva y sus ganas de seguir jugando al baloncesto al máximo nivel le hicieron fichar por Iberostar Tenerife y alargar unos años más su trayectoria. Con 12 campañas en ACB a sus espaldas, el base italo-brasileño se unía al proyecto de Txus Vidorreta, con el que ya había coincidido una temporada en Bilbao, y que sabía lo que le iba a poder ofrecer Huertas, para dar un paso más en el ascenso del conjunto aurinegro.
Una segunda juventud
Desde el comienzo de la temporada se demostró que pese a su edad, el baloncesto y su extraordinaria capacidad para dirigir a un equipo, no había abandonado su cuerpo e incluso, esa veteranía y la experiencia acumulada en su extensa carrera deportiva, le había sumado a su juego una gran visión para encontrar a sus compañeros y para atacar el punto débil de las defensas rivales. Ese tiro a una pierna, esos pases mágicos, esa dirección de juego… no sólo no habían desaparecido sino que se veían incrementados por ese número que es la edad para un deportista de su talento.
Sus números en la pasada campaña fueron 11 puntos y 7 asistencias en 28 minutos por encuentro, siendo el mejor pasador de la Liga, en una ocasión jugador de la Jornada y miembro del segundo quinteto de la temporada, pero su influencia en el juego de su equipo fue mucho más allá de estas cifras o reconocimientos. Marcelinho Huertas fue el auténtico timón de un equipo que militaba en la cuarta posición antes del parón por la Covid-19, que fue cabeza de serie en Copa del Rey, que se proclamó campeón de la Copa Intercontinental y que estaba disputando los octavos de final de la Basketball Champions League en el momento en el que todo se paró. La temporada acabó con una gran decepción en la Fase Final de Valencia pero lo cierto es que estaba siendo de notable alto hasta ese momento.
Ahora, tras un verano muy atípico, pero donde el mercado del baloncesto europeo no ha parado de moverse, el brasileño vuelve a coger las riendas del conjunto canario para llevarlo a cotas más altas cada año. Además, en este nuevo curso, Huertas tendrá un compañero de posición de garantías que le permita descansar más minutos y llegar más fresco al final de temporada, una circunstancia que no pudo disfrutar la pasada campaña donde tanta acumulación de minutos acabó por destrozarle físicamente y el año se le hizo demasiado largo. Ahora, Bruno Fitipaldo será el encargado de relevarle en la pista y darle minutos de descanso y además de plenas garantías. Una dupla de bases de las mejores de la Liga Endesa.
Giorgi Shermadini: «El pívot referencia por excelencia»
Al igual que Marcelinho Huertas, Giorgi Shermadini llegaba a Iberostar Tenerife avalado por su extensa y exitosa trayectoria en el baloncesto europeo. El pívot georgiano no tenía nada más que demostrar a sus 30 años con 2 títulos de Euroliga a sus espaldas, innumerables reconocimientos al mejor jugador de la jornada en la ACB, con algún nombramiento al mejor jugador del mes y la presencia en el mejor quinteto en la temporada 16-17.
Después de dos temporadas en Unicaja donde no terminó de adaptarse al juego propuesto por el equipo malagueño y no pudo brillar como en su etapa en Andorra, el interior de Mtskhetta, decidió fichar por Iberostar Tenerife para recuperar su mejor versión y ser el líder de un equipo amoldado a su estilo de juego y donde la conexión con Marcelinho Huertas le ha convertido en uno de los mejores pívots de Europa.
A partir del pick&roll central y la magnífica lectura del brasileño, Shermadini ha sido capaz de dominar y de realizar una magnífica temporada, devorando defensores y castigando con sus ganchos cerca del aro. El georgiano ha formado una extraordinaria asociación con Huertas y a partir de esa unión, el conjunto tinerfeño cimentó su temporada pasada. Faltaron terceras espadas para conseguir pelear por los títulos pero la dupla Huertas-Shermadini fue una de las más letales del continente europeo y esta temporada, ambos estarán más rodeados.
Un equipo mucho más completo y consolidado
Si algo le faltó al plantel de Txus Vidorreta la pasada temporada fue tener un banquillo completo con jugadores que puedan ayudar al equipo en cualquier situación y que puedan actuar circunstancialmente de principales espadas. Marcelinho Huertas y Giorgi Shermadini estuvieron demasiado solos en el liderazgo del conjunto aurinegro, con jugadores como Dani Díez o Santi Yusta (antes de la grave lesión), que alternaron partidos muy acertados con otros donde su participación fue testimonial.
Con esa premisa de armar de buenos jugadores el banquillo, la dirección deportiva de los canarios se puso manos a la obra para incorporar «jugadores de equipo», que puedan actuar en distintas posiciones y que siempre que estén en cancha puedan aportar en cualquier faceta. Así, han llegado hombres como Dejan Todorovic tras su gran año en Andorra, Emir Sulejmanovic, tras destacar en Bilbao el pasado curso, Aaron Doornekamp que regresa a la isla tras su buen trabajo en Valencia, Tyler Cavanaugh que afronta su segunda experiencia europea tras el Alba de Berlín, Bruno Fitipaldo, llegado de Burgos y Sergio Rodríguez, nacido en Tenerife y que vuelve a casa después de labrarse su carrera en el baloncesto LEB y la temporada pasada en Bilbao.
Todos ellos son jugadores con un perfil muy claro, hombres antes que nombres y que pueden aportar en diversas facetas del juego, además de tener todos ellos, con la excepción de Tyler Cavanaugh, experiencia en la ACB. Todos estos factores harán que Txus Vidorreta pueda disponer de 14 jugadores capaces de ayudar en cualquier circunstancia del partido y formar uno de los equipos más completos de la próxima Liga Endesa, contando con la continuidad de hombres como Álex López, Giorgios Bogris, Fran Guerra, Santi Yusta, Dani Díez o Sasu Salin.
@c_herranz