El Olympique de Lyon sigue mandando en Europa
El Olympique de Lyon consiguió su quinta Champions consecutiva ante un Wolfsburgo que mostró dos caras y que no fue capaz de remontar en una segunda parte pese a la mejora en su juego. A destacar la gran actuación de la jugadora francesa Cascarino
Todo estaba preparado en el Real Arena para presenciar la gran final de la UEFA Women’s Champions League entre el Wolfsburgo y Olympique de Lyon, los equipos más temidos de Europa en la actualidad. Ambos llegaban con la idea de conseguir el triplete esta temporada tras conseguir cada uno de ellos ganar liga y copa en su país.
En los comienzos del partido ya se visualizaba lo que podría dar de sí el partido. El equipo francés se plantaba en el verde con las ideas muy claras, mostrando un juego con mucha movilidad y presionando la salida de balón de las lobas. Majri se hizo dueña del carril izquierdo en los primeros minutos, encarando y superando con gran calidad a su marca y en varias ocasiones, provocando varias faltas laterales.
La premisa en en estas situaciones era clara para el Lyon, centro al área buscando a la gran Renard que en este partido no encontró el premio de otras ocasiones.
Por su parte, el Wolfsburgo no daba señales de encontrarse muy cómodo. Les costaba enlazar jugadas, no conseguían librarse de la presión del Lyon y cometían muchos errores en las transiciones. Consiguió generar algo de peligro de la mano de Blasse que puso un saque de banda en el área para que, tras peinar una compañera y la mala salida de la portera Bouhaddi, rematara alto el equipo alemán. Poco más se vio del equipo de Stephan Lerch en la primera parte.
De todo ello se aprovechó el Lyon, especialmente una gran Cascarino que mostraba por su banda gran profundidad y desborde, sin que Sara Doorsoun consiguiera parar sus internadas y centros, y poniendo a prueba a Abt con sus potentes tiros. Precisamente fue la delantera francesa la que intervino en el primer gol del partido. Internada de Cascarino, dueña y señora de su banda, que llegó hasta línea de fondo donde dio un pase atrás para que Le Sommer, en segunda instancia, consiguiera el primer gol del partido en el minuto 25.
Tras el gol, el equipo alemán reaccionó levemente intentando llegar a la portería contraria mediante centros laterales, pero sin mucho peligro.
Los problemas se le acumulaban al equipo alemán que, pocos minutos después, tuvo que cambiar a Sara Doorsoun por lesión. Tras ello, el partido continuó con la misma dinámica. El Olimpique de Lyon siguió siendo el gran dominador, con una Cascarino que ofreció un recital de recursos técnicos en todo momento.
Cuando parecía que la primera parte terminaría sin más cambios, Cascarino volvió a hacer de las suyas, consiguiendo un centro que, en esta ocasión, rechazó la defensa alemana pero que, tras algún que otro rebote, le cayó a Kumagai quién se sacó un zurdazo desde fuera del área para poner el segundo en el marcador. Poco después del golazo de la jugadora nipona, se llegó al descanso.
La segunda mitad fue un partido muy distinto al visto durante los primeros 45 minutos. Las lobas, en esta ocasión, salieron mucho más enchufadas, presionando más y mejor y con mayor efectividad en sus pases. Gracias a ello, en el minuto 54 el Wolfsburgo consiguió su premio. Harder abrió a Rolfo, esta centró al área, donde se encontró con Pajor que con un centrochut le hizo llegar el esférico a Popp quién consiguió acortar distancias.
Tras el gol, el Wolfsburgo consiguió someter más a Lyon, teniendo más presencia en ataque, especialmente por la banda de Rolfo. Sin embargo, a pesar de ello, las germanas no crearon ocasiones demasiado claras. El Lyon notaba la presión rival, pero no bajaba los brazos e intentaba mediante contraataques generar más peligro.
El susto llegó en el minuto 80, cuando Bouhaddi salió con todo a despejar un centro y chocó con Rolfo. Ambas jugadoras quedaron tendidas en el suelo y necesitaron asistencia medica. Por suerte, todo quedó en un susto.
Durante los últimos minutos, las jugadoras alemanas intentaban el empate con más fe que eficacia, haciendo un gran esfuerzo, viéndose poco en ataque de las francesas. Sin embargo, por su gran calidad, muy poco necesita este equipo para crear peligro. Esto quedó patente en el 88 cuando, tras un córner, el balón le cayó a Le Sommer que tiró desviado y que, con fortuna, Gunnarsdóttir consiguió tocar lo suficiente para sentenciar la final.
De esta manera, el Olympique de Lyon consigue su quinta Champions consecutiva, coronándose como el mejor equipo de Europa en un partido en el que cada parte tuvo un dominador, pero en el que finalmente se impuso la calidad gala.
Por @lacrisruiz