Ferrari mancha su nombre y su historia en Spa-Francorchamps
Después de un arranque de temporada especialmente duro para los de Maranello, el equipo del Cavallino Rampante ve agravada su crisis tras completar el peor fin de semana del equipo en la última década, mostrando las debilidades del SF1000 y abriendo la posibilidad de una reestructuración completa en su cúpula.
El Gran Premio de Bélgica ha vuelto a dejar en evidencia a un equipo Ferrari que, desde el inicio de la temporada el pasado 5 de julio en Austria, va cuesta abajo y sin frenos.
El pobre rendimiento del monoplaza de los de Maranello es provocado por la falta de potencia de un motor que tuvo que ser modificado al incumplir presuntamente el reglamento técnico y un chasis que desde 2019 ha demostrado ser muy poco eficiente.
A esto se le suman ahora un cúmulo de tensión, crispación y guerras internas que pueden hacer saltar por los aires a la dirección técnica y deportiva del equipo, como ya hemos visto en ocasiones anteriores.
Not a good weekend but we will keep not stop fighting. It’s not the first time in our history that we’ve struggled, but we have always come through. In moments like this we need our fans more than ever. Thanks to all of you who are sticking by our side. #essereFerrari ? pic.twitter.com/CvFEXoQZ8C
— Scuderia Ferrari (@ScuderiaFerrari) August 31, 2020
Durante la semana, en el entorno del paddock se preveía un fin de semana realmente duro para el equipo Ferrari. Esto, porque Spa-Francorchamps era el escenario perfecto para mostrar todas las carencias del bólido rojo, tanto por la exigencia que conlleva el trazado belga para la unidad de potencia como por la complejidad de un segundo sector plagado de curvas rápidas.
Así las cosas, Ferrari debía compensar su falta de velocidad punta reduciendo la carga aerodinámica, causando serios estragos para Sebastian Vettel y Charles Leclerc.
En clasificación y en carrera, se confirmaron los duros presagios
Estas sospechas no sólo se confirmaron el viernes, sino que la realidad superó el más agorero de los presagios, pues el Ferrari mostró un ritmo extremadamente lento tanto a una vuelta como en tandas largas, algo que aumentó el nerviosismo en el box de los italianos.
Era una posibilidad real que su velocidad a una vuelta no fuera suficiente ni siquiera para entrar en Q2. Finalmente, Leclerc y Vettel consiguieron evitar la esperpéntica imagen de ver a los dos Ferrari fuera en la primera ronda, pero no pudieron llegar a la Q3, clasificando duodécimo y decimotercero respectivamente.
El domingo la historia no sería muy diferente, y a pesar de que Leclerc brillase en la salida colocándose en la octava posición tras los primeros metros, la falta de ritmo y la escasa velocidad punta del SF1000 hicieron que el monegasco no fuese rival para los Pérez, Gasly o Norris, entre otros.
Incluso, y peor aún, pudimos ver una imagen que es muy representativa de la actual situación de Ferrari al ser superados por el Alfa Romeo de Kimi Räikkönen y así verse envueltos en una batalla con los Haas durante toda la parte final de la carrera, mostrando que el problema de los del Cavallino Rampante va más allá de las carencias de su motor.
Clasificación final de los Ferrari al término del GP de Bélgica
Esta frustrante situación se vio agravada cuando Charles Leclerc tuvo que realizar una parada extra para aumentar la presión de las válvulas del motor debido a un fallo de fiabilidad, colmando la paciencia del monegasco.
El piloto soltó toda su ira en un mensaje por la radio en el que cargó duramente contra el equipo. Vettel terminaría en decimotercera posición y Leclerc decimocuarto, solamente por delante de los dos Haas y el Williams de Latifi y a más de setenta segundos de Hamilton, cerrando así una de las actuaciones más pobres de la historia reciente de Ferrari.
Viene Italia, una prueba de una dura presión
Tras este fin de semana, que puede haber sido la gota que colme el vaso de los tiffosi, se abre un período de incertidumbre que podría verse agravado en las próximas semanas, con una doble cita en Italia, primero en Monza y luego en Muggello.
En este doblete de carreras en el país trasalpino habrá público, y previsiblemente los de Maranello reciban una dura reprimenda por parte de los ferraristas, cansados de ver a su equipo arrastrarse por las pistas y con la única esperanza de que cada domingo Charles Leclerc brille para meter a uno de los bólidos rojos en las primeras posiciones.
Mientras tanto, de Vettel ya no se espera prácticamente nada en Italia, tratándose de un piloto que está fuera del equipo de cara a 2021 y parece haberse desconectado mentalmente respecto al equipo, y no haciendo más que añadir leña al fuego con declaraciones que no pueden hacer más que incrementar la tensión en el garaje del equipo italiano.
Ecco cosa è successo al pit stop sotto SC di @Charles_Leclerc . Lo avvertono della ricarica dell'aria ma lui non rendendosi conto alla ripartenza che aveva la radio accesa si è lasciato andare ad una giusta scarica di adrenalina #Ferrari #Onboard #BelgianGP #Leclerc #PitStop pic.twitter.com/SQdG7bc67a
— Alex Brunetti (@deadlinex) August 30, 2020
Sin duda, estamos viviendo un momento tremendamente triste para la Fórmula 1, viendo cómo la escudería más grande de la historia ya no sólo se aleja de los podios, sino que incluso se aleja de la posibilidad de encabezar la zona media, viéndose desbordada por el progreso de Racing Point, McLaren o Renault, entre otros.
Un presente nebuloso, y un futuro negro
Aún más doloroso es pensar en el futuro de los italianos, con una congelación en el reglamento técnico en 2021 que dará lugar, previsiblemente, a que este pobre rendimiento se mantenga hasta el cambio de normativa previsto para la temporada 2022.
En este año y medio es altamente probable que veamos rodar cabezas en Maranello, pues ver durante dos años consecutivos a Ferrari arrastrándose por las pistas es inconcebible para la marca del Cavallino Rampante, y requerirá de una amplia reestructuración, lo cual pone a Mattia Binotto en el punto de mira. Su falta de liderazgo y su incapacidad para dar un golpe de efecto que pueda revertir esta situación le colocan como blanco fácil de las críticas de la prensa italiana.
Pase lo que pase en la estructura de Ferrari, la Fórmula 1 no puede permitirse tener a su máximo estandarte en el fondo de la parrilla, por lo que es necesaria una reacción rápida en Maranello. Urge por Ferrari, por la Fórmula 1 y por sus cientos de millones de aficionados repartidos por todo el mundo. Esta situación no puede mantenerse así ni un minuto más.
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