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Diego Carlos no quiere saber de ofertas

Diego Carlos celebra su victoria en el Benito Villamarín | Imagen: Sevilla FC

Las llegadas de Suso, Rakitic y Óscar Rodríguez, sin olvidar los rumores sobre otros jugadores, han puesto en el candelero el movimiento inverso que debe hacer el Sevilla FC. El modelo sevillista siempre ha dependido de la venta de activos y, por ahora, no ha habido ninguna salida para compensar el desembolso que se está haciendo. Uno de los jugadores sobre los que más se habla es Diego Carlos, quien está viviendo la situación desde «la ignorancia» hasta que no hayan avanzado posibles negociaciones.

«Yo sólo me centro en el Sevilla»

Los medios de comunicación brasileños han recogido algunas declaraciones del zaguero estos días. Diego Carlos tiene muchas papeletas para ser el jugador con el que haga caja el club y el interés de equipo como el Liverpool o los dos Manchester entre abren la puerta para su salida este verano. Su cláusula es de 75 millones y, aunque nadie pagaría tal suma, el Sevilla está abierto a negociar por un montante muy superior a los 15 millones por los que fue comprado.

El central sevillista tiene claro cómo vivir toda esta situación y declaró estos días: «Hablo con mis agentes para decirles que no me cuenten nada. Sólo me informan de cosas muy avanzadas. Dije que en el caso de salir del Sevilla mi objetivo es ir más arriba, y el Sevilla es un gigante«. Es por ello que ahora mismo Diego Carlos podría saber más sobre su futuro mediante los medios de comunicación que por sus propios agentes.

Monchi sabe que alguien debe salir, más allá de jugadores como Escudero o «El mudo» Vázquez, para hacer un fuerte ingreso en las arcas sevillistas. Los fichajes no han terminado para la plantilla de un Lopetegui que quiere más en su desembarco en la Champions League. El movimiento de hilos al que acostumbra el director deportivo sevillista traerá sorpresas y habrá que ver si finalmente Diego Carlos es el elegido para abandonar la entidad, frente a sus otros dos compañeros de gran caché: Koundé y Ocampos.

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