Una final del Este no tan soprendente
Los Miami Heat y los Boston Celtics han hecho saltar por los aires los pronósticos por méritos propios, reeditando la final de 2012, sin estrellas consagradas pero muy buen baloncesto.
La campaña de la burbuja de Orlando ya tiene a sus finalistas del Este. Los Heat sorprendieron a unos decepcionantes Bucks (4-1), mientras que los Celtics terminaron con la férrea resistencia de los actuales campeones, que aún sin Khawi, no dieron su brazo a torcer hasta el séptimo encuentro.
La final menos esperada, un duelo de underdogs, que ha pasado bajo el radar de muchos analistas deportivos, pero que ha reinvindicado el trabajo de dos plantillas y sus respectivos equipos técnicos, que han conseguido armar dos equipos serios y con capacidad de disputar el título ante el previsible coco que llegue del Oeste. Una sorpresa que no se daba desde 1969, última ocasión en la que ni el primero ni el segundo clasificado de la temporada regular eran capaces de llegar a las finales de la Conferencia Este.
Spoelstra vuelve a exprimir a los Heat
A la sombra de Lebron, Wade y Bosh, Erik Spoelstra se ha labrado una sólida carrera en el banquillo de la franquicia de Florida. Especialmente cuando ya no había opciones realistas de optar por el título, el técnico ha sabido sacar el máximo partido a cada plantilla con la que ha tenido que trabajar, sabiendo desarrollar a los jóvenes talentos sin dejar de construir escuadras competitivas y difíciles de derrotar.
La presente temporada, Miami pretendía dar un paso adelante, con la incorporación de Jimmy Butler, y el acompañamiento de veteranos como Dragic, Crowder e Iguodala. Y el desarrollo de la temporada fue confirmando el objetivo de Pat Riley, con la eclosión de Adebayo y el acierto en la elección de los rookies de este año.
Después del reinicio en la burbuja de Orlando, los Heat dieron un paso adelante, haciéndose con la quinta plaza y barriendo a los Pacers en la primera ronda. Su gran actuación hacía preveer una gran eliminatoria ante los favoritos Bucks, y así fue, pero sólo para los de Florida. Los Heat casi barrieron (4-1) a los de Wisconsin, liderados por un extraordinario Jimmy Butler y un renacido Goran Dragic. Por si fuera poco, los jóvenes han cumplido de sobra, con especial mención a un sólido Tyler Herro, que ha desarrollado un magnífica función como sexto hombre.
A la tercera buscarán la vencida
Los Boston Celtics regresan de nuevo a unas finales de la Conferencia Este, suponiendo la tercera ocasión en 4 años en la que los de Brad Stevens trataran de colarse en la finales y volver a luchar por el ansiado 18º título de la NBA. Un camino que ha pasado por la decidida apuesta por Kemba Walker como líder de un grupo muy unido, en el que ha encajado como un guante y ha contribuído a aumentar su mentalidad ganadora.
Tanto es así que el devenir de la temporada ha sido un remanso de paz en comparación con la anterior, influida por la complicada existencia de Kyrie Irving. No obstante, pronto quedó claro que la 1ª plaza del Este iba a resultar inalcanzable y, más adelante, tampoco parecía viable arrebatar el segundo puesto a los Raptors. Con la irrupción de la pandemia global, resultó totalmente intrascendente la posición final y en el regreso de la competición, los de Massachussetts demostraron llegar centrados y con aspiraciones a todo.
El barrido a los Sixers en primera ronda dejó claro que Boston no había ido de vacacioenes a las instalaciones de Disney. Aún así, en semifinales esperaban unos orgullosos y sólidos Toronto Raptors que, a pesar de estar al borde del 3-0 (librado por un increíble triple de Anunoby), vendieron muy cara su derrota, forzando un emocionante 7º encuentro.
En la batalla de los playoffs ha destacado sobremanera un sobresaliente Jayson Tatum, convertido en el lider indiscutible de los Celtics, después enlazar una actuación increíble tras otra, siguiendo con su precocidad los pasos de megaestrellas como Kobe Bryant. A su lado, Jaylen Brown y Marcus Smart han dado otro paso adelante en sus responsabilidades, especialmente despues de la lesión de Gordon Hayward, mientras que Kemba Walker ha sido más irregular.
Igualdad máxima
Si hay dos equipos que se parezcan son los Celtics y los Heat. Su estilo de juego y características de sus jugadores les dificulta buscar ventajas y puntos débiles, más allá de la gestión de sus entrenadores y la inspiración de sus estrellas.
Comenzando con la pintura, Theis y Adebayo son dos pívots rápidos y móviles, aunque el de Newark parta con ventaja bajo el tablero, y las soluciones del banquillo apenás cambian el guión, salvo el juego en poste bajo de Kanter. Por fuera de la zona, los Jays y Kemba suponen la mayor amenaza para Miami, que sólo contrapone el liderazgo de Jimmy Butler y la veteranía de Dragic. No obstante, la capacidad defensiva de Crowder e Iguodala pueden suponer un gran reto para reto para Tatum. La gran ventaja de los Heat será, sin duda, la profundidad de su banquillo, liderado por el rookie Tyler Herro. Aún así, Brad Stevens podría contar con un as en la manga, si se confirma el regreso de Hayward en algún momento de la final.
Con estos antecedentes, nos espera una final intensa y, muy probablemente, larga. Una serie que deparará grandes actuaciones en ambos lados de la cancha y un interés máximo en las estrategias y ajustes que vayan ejecutando sus jóvenes pero experimentados técnicos, sin olvidarnos de un pique dormido desde 2012 entre Danny Ainge y Pat Riley, que aportará algo más de picante al choque. A partir de la madrugada del martes comienza el espectáculo.