Crónica de una muerte anunciada
A principios de verano, tras las restricciones más duras del confinamiento en España y el Reino Unido, las Hatters anunciaban problemas económicos y montaban un crowdfunding para que aficionados tanto del club como de otros clubes pudieran donar dinero para llegar a la cifra necesaria para seguir su participación en la WBBL. Debido a la pandemia del COVID-19, el club se quedaba sin patrocinadores importantes que pudieran dotar al club de los ingresos necesarios para mantener al primer equipo en la máxima categoría del baloncesto británico.
A la campaña de crowdfunding se añadían diferentes personalidades del deporte británico, especialmente jugador@s de baloncesto. Entre estas personalidades se encuentran la jugadora Stef Collins (Olímpica en 2012), Kieron Achara (ex-jugador de la selección) y Chema Buceta (español, seleccionador de la selección absoluta británica).
A finales de agosto se intensificaba la campaña puesto que los ingresos no llegaban. El golpe final que anunció lo que ya se esperaba fue la marcha de Vanessa Ellis a UBI Graz (Austria). La marcha de la entrenadora de las de Yorkshire y ayudante de Buceta, parecía anunciar lo peor. Y así fue. En el día de ayer, 14 de septiembre, la directiva de las de Sheffield anunciaba con un comunicado que se retiraban de la WBBL.
¿Que implicaciones tiene esto?
Para la WBBL implica que la competición arrancará con tan solo 11 equipos ya que no hay tiempo de cubrir la vacante. Además, las Hatters tendrán preferencia la próxima temporada si consiguieran el dinero necesario para acceder a la plaza.
El club recibe un terrible mazazo en su 60 aniversario. Desde que consiguieran su primer trofeo en 1989 han sumado casi 70 títulos nacionales; han cometido dos veces en Europa y son uno de los clubes que más jugadoras producen en el país. Pese a que el problema económico lo tiene el primer equipo, descender de categoría podría afectar a la estructura del club en niveles inferiores. El primer equipo jugará en la EWBL, que es el segundo nivel.
Tras el papel que hizo la selección en el último europeo (4º, poniendo en apuros a España), que su equipo más histórico este en problemas y no haya podido mantenerse en la estructura profesional, no es nada bueno. El baloncesto está por detrás de muchos otros deportes en Reino Unido (fútbol, rugby, cricket) y el femenino aún más, puesto que tiene un competidor directo – el netball, que es exclusivamente femenino. Además, por el momento, la WBBL se queda con 11 equipos, sigue sin participar en competiciones europeas y no tiene visibilidad en televisión. Sumando todos estos factores, además de la pandemia y crisis económica que vivimos, el futuro del baloncesto británico femenino está en peligro. Por suerte, la selección mantiene el nivel gracias a jugadoras en ligas extranjeras, como Karlie Samuelson en Perfumerías Avenida.
Un servidor espera que la situación mejore; que Sheffield vuelva donde le corresponde y que el baloncesto femenino crezca.