Gerard marca el camino
El catalán marcó y asistió en la primera victoria del Villarreal del curso. Se adelantó el Eibar, pero Gerard, en su mejor versión, dio la vuelta al partido.
La dificil situación del Villarreal de complacer las expectativas creadas es tarea difícil. Y más si enfrente tienes un equipo de Mendilibar, con un plan trazado a la perfección y con mordiente arriba. Los goles llegaron en la segunda parte en un guion parecido al de la primera: Gerard y su equipo tuvieron en sus botas las oportunidades más claras, pero el Eibar jamás dejó de asustar.
Gerard marca el ritmo
El plantel de Emery tampoco dio buenas sensaciones en los primeros compases de partido. La insistente presión tan elevada del Eibar surtía efecto y a las jugadas elaboradas del Villarreal difícil futuro se les auguraba. Los precedentes del Huesca -jornada pasada- eran parecidos: poca incidencia del centro del campo, fallos en la salida del balón y dificultades para plasmar los conceptos de Emery sobre el campo. Sin embargo, a medida que el Villarreal se asentaba los nervios iniciales se iban saldando con un giro que llegaría a los 180º, gracias, sobre todo, a Gerard Moreno.
El jugador catalán se está convirtiendo en santo y seña del club de La Plana. No solo mejora y potencia a sus compañeros, también se atreve y pide la pelota en cualquier situación del campo. Siempre bien colocado, ofrece alternativas y lanza ataques que, hoy, Chukwueze ha dinamitado por la banda izquierda vasca de Soares.
Las transiciones del Villarreal fueron muy veloces y directas a las bandas armeras. A pesar de que fueron muchas las ocasiones de gol y que la sensación de peligro rondaba asiduamente la portería de Dmitrovic, el gol se resistía y, curiosamente, cerca estaba de conseguirlo el propio Eibar, roto y descompuesto en defensa pero peligroso e imperceptible en ataque.
La inercia de Gerard
Las sensaciones con las que se abandonó la primera mitad daba una particular ventaja al Villarreal, si bien con muchos asteriscos. Uno de esos, la capacidad llegadora del tridente armero, que amenazaba el liderazgo en el partido de los locales. A 5 minutos tras el descanso, Expósito filtraba un precioso pase al hueco que Kike, tras marcharse de Asenjo, lo hacía guardar para avanzar a los azulgrana. Con el tanto, llegaron los minutos de Mendilibar, aunque duraron lo que Gerard quiso: 10 minutos.
El gol del catalán es fruto de su esfuerzo particular, de su tesón y calidad en cada acción del partido. Ahora mismo, la confianza en sí mismo del delantero del Villarreal es la mejor arma de la que dispone Emery para marcar gol. Su atrevimiento y descaro para intentar, y que ahora surte efecto. Recibió de espaldas, recortó a Bigas y le hizo crujir la cadera para cruzarle el balón a Dmitrovic.
La inercia del gol fue suficiente para decantar la balanza. El Eibar no produjo más, y el Villarreal siguió en sus trece a por su primera victoria del curso. El peso del gol de Gerard hizo que el segundo cayera por su propio peso, y la insistencia de Alcácer tuvo su premio a los 5 minutos del 1-1. Un pase de Gerard dejó solo al valenciano, que regateó a Dmitrovic como Kike lo hiciera con Asenjo. El Villarreal se adelantaba por primera vez en esta liga, y trabajo tuvo para guardar el preciado tesoro ante la insistencia cada vez más grande del Eibar, que se fue con todo a por el empate pero los premios y honores, hoy, fueron todos para Gerard.