A Sporting y Oviedo solo les aleja el gol. O eso es lo que se puede vislumbrar de estas dos primeras jornadas de campeonato. Los de David Gallego son prácticos. Defienden bien y generan lo justo, pero marcan. El cuadro de Ziganda, sólido también en la parte de atrás, genera numerosas ocasiones, pero no acierta. Y ya saben, sin gol no hay fútbol. Los rojiblancos se colocan en lo alto de la tabla gracias a un tanto de Gragera tras un centro sensacional de Pedro Díaz, que por cierto, puso un balón perfecto en la primera pelota que tocó. En el otro lado, los carbayones, que volvieron a dejar muy buenas sensaciones, perdonaron en la primera mitad, se durmieron tras el descanso, momento en el que llegó el tanto del Mirandés, y rescataron en el descuento un punto gracias a un golazo de Sangalli.
Un armazón en crecimiento
- El muro defensivo sigue ahí: Si algo positivo se pudo extraer de la pasada temporada en el Sporting es que defensivamente el equipo era fiable. Le costaba generar fútbol y marcar goles, pero en defensa era un equipo sólido. David Gallego ha mantenido esa idea de crecer desde atrás hacia adelante y por ahora al equipo le crean muy pocas ocasiones. Además, cuando se las crean, ahí está Diego Mariño como en las dos buenas intervenciones que tuvo en Cartagonova. Mantener y reforzar ese muro será clave para optar a algo.
- Sustituciones que cambian un partido: A diferencia del día del Logroñés, la versión del Sporting en Cartagena fue mucho más gris. Principalmente por dos razones. La primera es que durante la primera parte el Efesé ahogó la salida de balón rojiblanca, encerrándole por momentos en las inmediaciones de su área. Eso se debió en gran parte por la ausencia de Pedro Díaz del equipo inicial para poder dar una salida más limpia. El equipo estaba impreciso incluso para salir al contragolpe y se notó en la ausencia de ocasiones en el primer tiempo.
- Pedro Díaz es imprescindible: Eso empezó a cambiar a partir del minuto 55 de partido. Los ajustes en el descanso y las posteriores entradas de Carmona y Pedro Díaz al campo hicieron al Sporting hacerse más dominador del balón. Y el Sporting desde que está David Gallego demuestra que está muy cómodo con él. Un plan para el que tener al sierense en el campo se antoja clave y capital. Es un jugador superlativo y sobre el que orientar todo su esquema ofensivo. Su salida fue clave para el gol y después, con el Efesé partido dominó la parcela central a su antojo para cerrar el partido.
- Cero euforias, queda mucho por hacer: Aunque es imposible no ilusionarse con un inicio en el que se logran dos victorias seguidas, la cautela y la prudencia debe reinar. El Sporting está en crecimiento. No se cansa su entrenador de decirlo y repetirlo que la euforia en el aficionado es libre y quizá hasta necesaria, pero que ellos solo piensan en el trabajo diario y en ganar al Girona. Ese será el próximo duelo y en el que el cuadro gijonés debe volver a demostrar que este año quiere ser candidato al ascenso.
Sangalli rescata un empate
- Buena primera parte. El Real Oviedo volvió a dejar un gran primer tiempo. Eso sí, al descanso, eran muchos los que pensaban lo mismo: Contando el duelo ante el Cartagena, eran ya 135 minutos de superioridad azul sin gol. Y esas tres letras son lo más importante en este deporte. Los azules perdonaron en el primer acto, donde las bandas volvieron a ofrecer una gran versión, llegando en multitud de ocasiones a línea de fondo y sacando centros con peligro que casi nunca eran rematados. Porque ese parece ser otro aspecto a intentar mejorar. El poder llegar con más efectivos a la zona de remate.
- El Oviedo salió dormido tras el descanso. El inicio de la segunda mitad vino acompañado de un cambio radical de guion. Bajo la tormenta que cayó en Anduva, el Mirandés se adaptó mejor a las circunstancias. Supo leer mejor el partido y aprovechó el desconcierto azul para adelantarse en el marcador. Los carbayones, pese a todo, se levantaron y volvieron a llevar la iniciativa de un choque que acabarían empatando en el tiempo de descuento gracias a un golazo de Marco Sangalli.
- El VAR y el arbitraje. Segundo partido de la temporada y el VAR ya hizo de las suyas. El colegiado señaló en el primer acto un penalti sobre Sangalli que, posteriormente, el videoarbitraje anuló. Parece que en este caso, la sala VOR acertó. Lo que deja muchas dudas es por qué los responsables de esa sala no avisaron al colegiado del encuentro en una acción en la que un zaguero local pisa a Viti dentro del área y le derriba. Una pena máxima que ni siquiera se revisó. Y una acción, por cierto, en la que el canterano azul se lesionó.
- Femenías, Nahuel y Sangalli. El nuevo meta del Real Oviedo justificó en Anduva su elección. Con el equipo pasándolo realmente mal, el portero se erigió en salvador para evitar hasta tres goles cantados. Primero ante un remate de cabeza de Ezzarfani y después con una doble parada ante Schutte y Jirka. Otra de las nuevas caras, la de Nahuel Leiva, dejó un gran debut. El futbolista se situó por detrás de Obeng y cuajó muy buenos minutos. Se le vio con ganas, muy participativo e intentando desequilibrar en todo momento. Quien lo consiguió fue Sangalli, que una vez más dejó un golazo para que los asturianos no se volviesen de vacío.