Si hubiese que definir la primera temporada de Luka Jović en el Real Madrid con una sola palabra, sería decepcionante. No solo para la afición merengue, sino también para el propio futbolista, que no disputó ni la mitad de los minutos que esperaba.
Sus 27 dianas hace ya dos temporadas en la Bundesliga llegaron al club blanco a desembolsar 60 millones de euros. Toda una declaración de intenciones que mostraba que el Madrid apostaba por el serbio como una pieza importante de cara al futuro. Afición y directiva tenían grandes expectativas sobre este fichaje, que llegó a la Casa Blanca en un momento de sequía goleadora. Todo parecía indicar que su capacidad dentro del área podría ser determinante a la hora de combatir la falta de gol.
Sin embargo, desde un primer momento, su adaptación fue más complicada de lo que se podía imaginar. La suerte tampoco acompañó, y en su primer partido en el Santiago Bernabéu estrelló un cabezazo en la cruceta que, tal vez, podría haber supuesto un devenir muy diferente en su primera temporada de blanco.
El gol, aunque tardó en llegar, terminó cayendo por su propio peso. Fue ante su propia afición, en el encuentro ante el Leganés, tras 312 minutos sobre el césped sin anotar. Muchos esperaban que tras la liberación del primer tanto, los demás llegarían solos, pero no fue así.
Eran dos los factores determinantes: en primer lugar, la escasez de minutos que le concedió Zinedine Zidane. Apenas disputaba los últimos tramos de algunos partidos ya decididos, un escenario más que complicado para alguien que sale desde el banquillo. En segundo lugar, cuando Benzema faltó, como ocurrió en la Supercopa de España, el serbio no pudo demostrar su valía con goles, y no vio puerta en ninguno de los dos partidos como titular.
Dejó de contar para Zidane
Sin embargo, de un día para otro, y sin explicación, Jović desapareció del mapa. El 2 de febrero anotó en El Sadar su segundo tanto como madridista, y desde aquel encuentro hasta el final de la temporada, solo pisó el césped 44 minutos.
El panorama en la presente campaña parece seguir el mismo guion, ya que en el empate a cero ante la Real Sociedad, el técnico francés no lo mandó ni calentar a pesar de los problemas del equipo para generar ocasiones. De hecho, ni siquiera agotó los cambios, y dio entrada a dos debutantes en el primer equipo antes que al serbio.
Se ha especulado mucho en las últimas horas con una salida del delantero en forma de cesión, en busca de los minutos que le faltan en el Madrid. Una posibilidad que se antoja, cuanto menos, extraña, debido a la más que evidente sequía goleadora que padece el Madrid.
Otro factor a tener en cuenta es la edad de Karim, que a sus 32 años no puede (ni debe) someterse a la carga de partidos que conllevaría ser el único delantero del equipo. Ante esta situación, parece que la mejor solución para ambas partes es entenderse.
Zidane necesita a ese delantero que anotó 27 dianas en el Eintracht de Frankfurt, un futbolista capaz de resolver un partido con una acción aislada. Jović, necesita la confianza del entrenador y su propia confianza para demostrar por qué el Madrid pagó una millonada por él.
Es por esto que parece que, a priori, Jović y Zidane están condenados a entenderse.
Por @diegoaguado97