Jornada agridulce para los equipos asturianos en Segunda División. El Sporting, que venció en casa al Girona, se coloca líder la categoría con tres triunfos en sus tres primeros partidos. El equipo de David Gallego crece en base a una gran solidez defensiva y, como no, a la aportación de Djuka en la parte de arriba. El atacante volvió a ser decisivo con dos tantos que permiten a los rojiblancos firmar un comienzo excelente. El Oviedo, por su parte, sufrió la primera derrota de la temporada ante el Espanyol en un partido en el que el colegiado volvió a ser protagonista en el primer acto, y donde dos errores en la segunda mitad condenaron a los azules.
Un equipo sólido y efectivo
- Muñiz Ruiz a la ‘nevera’: El partido estuvo marcado por el baremo del pésimo colegiado gallego. Fue evidente su distinto criterio a la hora de medir a ambos equipos en la primera parte y el resultado no debe empañar eso. No dudó en mostrar la roja a Gaspar, pero por una entrada peor de Franquesa tampoco dudó en que no era roja. Solo cuando desde la sala VOR le convinieron a una rectificación impartió justicia a igual entre las partes. Es evidente que esto no lo hace de forma premeditada, sino porque no tiene nivel para arbitrar fútbol profesional.
- Apareció el ‘santo’ gallego de nuevo: En la media hora larga que el Sporting estuvo en inferioridad le tocó sufrir. Además de forma intensa por el empuje y dominio del Girona. Logró cerrar filas, haciendo de su área casi un búnker inexpugnable para los atacantes gerundenses. Solo a balón parado Gumbau en una ocasión logró poner en jaque esa defensa, pero apareció Mariño. El portero gallego tuvo mucho trabajo, pues además de esta ocasión, el cuadro catalán bombardeó desde fuera con varios disparos que requirieron de su acierto para evitar el gol.
- Y también la ‘virgen’ balcánica: Pero en la segunda parte, aunque Mariño siguió teniendo más adelante trabajo, el que apareció fue Djuka. El serbio, con dos buenos goles castigó un error de Bernardo y un desbarajuste táctico del Girona provocado por su entrenador al intentar corregir el volver a estar en igualdad 10 para 10. Aunque tuvieron balón y algunas ocasiones, el cuadro catalán no puso en apenas apuros a los gijoneses en todo el segundo acto. Solo Samu Sáiz, lo más destacable de los de Francisco, llevó peligro.
- Sin desvíos de atención ni confianzas: El hecho de ser líderes en solitario y haber logrado los nueve puntos en juego no cambia nada. David Gallego insiste en que su discurso pasa por no mirar a la clasificación y seguir mejorando cosas. El técnico catalán empieza a gustar mucho en la parroquia gijonesa porque no deja que los triunfos le impidan ser crítico. Nuevamente, a pesar de ganar, volvió a destacar que hubo que cosas que no le gustaron y que se deben mejorar. Más cuando ahora toca uno de los llamados ‘cocos’ como es el Almería.
El Oviedo pierde en los detalles
- Buena primera parte. El Real Oviedo salió al césped con un plan. Los azules querían que el Espanyol, el rival más poderoso, a priori, en esta nueva temporada, no se sintiese cómodo sobre el verde del Carlos Tartiere. Ziganda imprimió al encuentro la intensidad necesaria para apretar muy arriba e impedir que los catalanes pudiesen avanzar y superar líneas con el control del esférico. Y el plan dio sus frutos. El cuadro de Vicente Moreno no rondó la meta de Femenías en ningún momento y era el Oviedo el que transmitía mayor sensación de peligro sobre la meta rival.
- Tres acciones que marcan el partido. Y fue precisamente en una de esas acciones de peligro en la que llegó la acción polémica del encuentro. Al borde del descanso, Calero cometió un penalti de libro al tocar el balón con la mano. Una acción que el VAR castiga cada fin de semana y que, en este caso, no mandó ni siquiera al colegiado a revisar la acción al monitor. Otro grave error arbitral en contra del Oviedo. El segundo en las tres primeras jornadas. Donde sí vio penalti el árbitro, muy claro por otra parte, fue en el área azul. Un error de Viti permitió a Raúl de Tomás hacer el primer tanto de la tarde desde los once metros. El delantero repetiría minutos después tras otro fallo, esta vez de Arribas, en la salida de balón.
- La reacción se estrelló con Diego López. Tras el varapalo que supuso encajar los dos tantos, el Real Oviedo intentó buscar una reacción inmediata que le permitiese volver a entrar en el partido. Esta llegó, pero Diego López, meta del Espanyol, frustró toda esperanza. El portero se hizo fuerte en el juego aéreo y se agigantó ante Edgar para sacar un remate en la base del palo. Intervenciones de esas que, al margen de los goles, también se traducen en puntos.
- Sensaciones sin puntos. El Real Oviedo no está consiguiendo un buen inicio de campeonato. Al menos por ahora. Pese a ello, el equipo transmite buenas sensaciones a la hora de apretar, saber qué hacer con el balón y defenderse. En definitiva, hay un camino a seguir. Pero en el fútbol, ya se sabe, lo que cuentan son los puntos. Ahora, los azules viajan a Albacete para enfrentarse a un equipo que ha perdido los tres partidos. Lo hace en la semana previa a otra fecha marcada en rojo en el calendario: el derbi en el Tartiere. Veremos si Ziganda puede o no contar en el Belmonte con Leschuk. Sería una gran noticia poder hacerlo, ya que el equipo necesita más mordiente arriba.