La Carrera Astur | Pk.5: El derbi es de color azul

El Real Oviedo vuelve a doblegar al Sporting en el Carlos Tartiere en un encuentro que Tejera decantó del lado carbayón tras transformar una pena máxima

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Era el primer fin de semana grande dentro del fútbol asturiano en Segunda División. Todos los ojos del Principado puestos en el Carlos Tartiere para ver el primer derbi de la temporada. Un partido que volvió a teñirse de azul gracias a un tanto de Sergio Tejera desde los once metros. El Real Oviedo volvió a vencer al Sporting en un partido en el que los carbayones se mostraron muy solidarios a la hora de defender y en el que Ziganda superó con claridad el planteamiento de David Gallego. Primer triunfo para los azules y primera derrota para los rojiblancos, que no dispararon entre palos en todo el partido.

«Un derbi es ganar»

  • El Oviedo vuelve a triunfar. El conjunto de la capital de Asturias volvió a salir por la puerta grande del derbi. Cuatro de los últimos siete enfrentamientos se han saldado con victoria azul, con dos empates y un triunfo rojiblanco. Volviendo al presente, el Real Oviedo afronta una nueva edición del derbi como tapado podríamos decir. Pero en estos partidos, poco importa la clasificación. Los de Ziganda volvieron a demostrar que son conocedores de la lección que se debe seguir para vencer en este tipo de partidos. Y así lo hicieron una vez más.
  • Solidaridad defensiva. Desde los primeros test de pretemporada, del Real Oviedo se han destacado varios aspectos. Uno de ellos es la capacidad de todos sus futbolistas a la hora de ayudar e implicarse en tareas defensivas. El conjunto carbayón es un equipo al que cuesta mucho generar peligro. Y es que salvo tres momentos de despiste, uno ante el Mirandés y los dos del Espanyol, el Oviedo ha transmitido una sensación de seguridad inexistente no hace mucho. Incluso en Albacete, con nueve, los azules se defendieron a las mil maravillas. Ante el Sporting ocurrió lo mismo. Todos se implicaron en el trabajo sin balón. El equipo se juntó, cerró todos los espacios y neutralizó a Djurdjevic y Manu García. El resultado lo dice todo: no recibió tiros a puerta.
  • Ziganda ganó la partida a David Gallego. En este tipo de partidos se ponen en juego varios enfrentamientos directos. Y uno de ellos dirige todas las miradas hacia los banquillos. Ziganda había ofrecido grandes sensaciones, pero sin apenas puntos. David Gallego, con muy poco, tenía a su equipo en lo más alto de la tabla. Y, otra vez más, el técnico carbayón fue quien triunfó en el derbi. Ziganda apostó por un equipo en el que, consciente de las bajas, introdujo pocas novedades. El plan del técnico fue distinto a otros encuentros. El equipo no apretó tan arriba, sabedor de que el peligro vendría en los espacios que pudiesen aparecer. El Oviedo se cerró y esperó su momento para salir y ser vertical. Juntos y muy ordenados, los futbolistas azules neutralizaron a un Sporting que se quedó sin ideas.
  • Un nombre: equipo. Sería difícil destacar a un jugador por encima del resto. Como venimos diciendo, la solidaridad defensiva fue la clave de un Oviedo que no recibió ni un solo disparo a puerta en todo el partido. El Real Oviedo crece en lo colectivo y se olvida de individualidades. Femenías, como decimos, no tuvo trabajo. En defensa, Lucas cumplió en ambos costados, Mossa cuajó un buen partido y entre Grippo y Bolaño neutralizaron a un Djurdjevic enrachado. La sala de máquinas funcionó a la perfección, y Leschuk, que debutaba con la elástica carbayona, dejó muy buenas sensaciones. En definitiva, y en palabras de Phil Jackson, «los buenos equipos se convierten en grandes equipos cuando sus integrantes confían tanto en sus compañeros como para que prevalezca el ‘nosotros’ por encima del ‘yo’«.

El que no llora, no mama

  • Volver a caer en la misma piedra: Como viene siendo habitual y aunque nunca queremos ver, el Sporting vuelve a plantear un derbi de forma errónea. Vuelve a plantear un derbi queriendo jugar a fútbol cuando en esos partidos no se ganan jugando a fútbol. Es algo que, en los siete derbis que se llevan disputados desde el reencuentro de ambos equipos, se vio en dos de los tres en los que el equipo azul se llevó el triunfo. Solo cuando el Sporting ganó 1-0 en 2019 y empató 0-0 ese mismo año, pero en la siguiente temporada, se afrontó el derbi como se debe hacer (casualmente con José Alberto López en el banquillo). Es algo que desespera ir a jugar un derbi como si el rival fuese el Cartagena; como si fuesen tres puntos más. Algo que en el club siguen sin querer cambiar y mientras no lo hagan seguirán perdiéndose estos partidos.
  • Los detalles, para el lado carbayón: Después está la dosis de picardía y mala fortuna que tampoco acompañó, claro está. El equipo no sufrió en defensa en todo el encuentro. Mariño hizo una parada a un disparo flojo desde la frontal y ya. En el plano meramente futbolístico es la mejor conclusión que se puede sacar del partido. A pesar de que detener el juego directo azul con dos delanteros hechos para jugar así no es sencillo, el Sporting lo logró, pues no permitió a los de Ziganda generar una sola ocasión clara de peligro así en todo el choque. Pero un pequeño despiste de Bogdan, del cual no hay que olvidar está adaptándose al fútbol profesional, lo multiplicó por mucho Javi Fuego con el penalti que decide el partido.
  • Atasco en la segunda parte: Lo que sí es muy criticable es la segunda parte sobre todo con balón. Posiblemente se asistió al peor partido con el primer equipo de Pedro Díaz y no solo por el trabajo de Tejera, que fue brillante, sino con errores impropios. El Oviedo diseñó un guión con trampa y el Sporting cayó en él. Gallego estuvo algo lento para verlo y los cambios de hombre y de sistema llegaron muy tarde. De la misma forma que el Sporting no sufrió en defensa, el Oviedo tampoco. En los últimos minutos se logró crear algo más de peligro, pero insuficiente. La primera prueba de la temporada por debajo en el marcador fue muy decepcionante.
  • Los lloros y las conspiraciones funcionan: Hoy no habrá ningún lloro sobre la supuesta filiación sportinguista de David Pérez Pallas. Tampoco se oirá nada sobre el arbitraje que, si bien no condena al Sporting, influyó en el partido. Pero como esos detalles también cayeron del lado azul y al final, un derbi lo que importa es ganarlo y no el como, nadie hablará de ello. Se dejó un penalti sin castigar y da igual que la mano no se pueda apartar. Corta un disparo a portería y esas acciones, y otrsa mucho menos claras, se han venido castigando como penalti. Sin embargo el ‘sportinguista’ Pérez Pallas en el VAR no la consideró como tal. Tampoco consideró como rojas las entradas sin balón de Bolaño y Rafa Mújica que se han venido castigando con rojas directas durante el último año. Va a ser verdad eso de que el que no llora, no mama.
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