El Girona consiguió los primeros tres puntos de la temporada el domingo en Butarque. Sin embargo, victoria y puntos al margen, lo que agradó fue la imagen de los nuevos. Las nuevas incorporaciones son el principal motivo de alegría y de ilusión para creer en esta nueva plantilla que dirige Francisco y que, aunque desde el club no se hable de ello, debe buscar el ascenso que no logró el pasado curso.
Desde luego el nombre que más ha destacado es Mamadou Sylla. El hispano-senegalés llegó el jueves y las lesiones de Stuani y Pablo Moreno, junto con la no llegada aún de Nahuel Bustos, le hicieron ser el único delantero a disposición. Llegar y besar el santo. Un debut inmejorable para el ex-jugador de Barça y Espanyol que comenzó con un gol que vale tres valiosos puntos. Corrió, peleó y dio al equipo ese tanto tras recibir una buena asistencia de Monchu que recuperó un balón clave.
Precisamente Monchu es otra de las cosas agradables de la visita a Butarque. Demostró con su físico y técnica que es un futbolista que será muy importante en esta campaña. Acompañado por otro de los últimos fichajes, el uruguayo Cristóforo, que ya era una antigua pretensión del cuadro blanc-i-vermell. Como pivote, fue el faro que guió al Girona en la sala de máquinas. Carácter, agresividad y rendimiento inmediato es lo que aportó el centrocampista al equipo. Cristóforo apunta a ser un jugador más que clave para el técnico almeriense.
También debutó Yoel Bárcenas, mientras que otro de los fichajes, como es Luna, sumó su segundo partido. El panameño entró poco en juego, pero dejó algún detalle ya conocido de su estancia en el Real Oviedo. Por su parte el lateral balear mejoró su actuación de su debut y parece se afianzará en el lateral izquierdo. La evolución de todo, se verá en las próximas jornadas.