La falta de creatividad en los últimos metros penaliza al Espanyol
Gran punto, el que se han llevado los chicharreros, ante un líder de la categoría al que le costó transformar el dominio completo de la segunda parte en oportunidades de gol.
El Tenerife resistió al líder en el Heliodoro en la octava jornada. El Espanyol controló el partido ante los isleños que, esta vez, fueron un bloque sólido en defensa y no dejaron que el dominio de los visitantes se tradujera en grandes ocasiones.
Ortolá evita el tanto perico
Empezó mejor el Tenerife, dando el primer aviso a los dos minutos por mediación de Nono y obligando a Diego López a intervenir. Tras unos minutos de agobio, el Espanyol se soltó y comenzó a aparecer con más profundidad, impulsado por el empuje de Embarba y Javi Puado y con RDT como amenaza en punta. En los últimos minutos, el cuadro perico encerró a los locales en su área, pero Ortolá dio un clinic de paradas y consiguió llevar a su equipo a la caseta sin encajar. Se llegaba con tablas en el marcador al final de un primer acto, en el que la nota negativa fue el pelotazo que se llevó en la cara Óscar Gil, quien tuvo que abandonar el encuentro.
La segunda mitad fue un monólogo de principio a fin del conjunto catalán. El equipo de Vicente Moreno disfrutaba de la posesión a su antojo, mientras que los locales sufrían incluso para salir con el balón controlado. Fernández trató de cambiar la dinámica del partido dando entrada a Valentín Vada, con quién los locales recuperaron el balón y el oxígeno a ratos.
Gran punto para el Tenerife y poco premio para el Espanyol
Al Espanyol solo le faltó el gol en el Heliodoro. Dominó el partido, así como todas las facetas del juego (en especial las segundas jugadas, las cuales siempre eran ganadas por jugadores pericos), pero acabó muriendo en la orilla por la falta de creatividad en los últimos metros. El Tenerife, que durante este inicio de temporada ha pecado en ocasiones de ser excesivamente blando en defensa, hoy ha hecho todo un ejercicio de resistencia ante el líder de la categoría de plata. Valioso punto el que se llevan los chicharreros. Los pericos, por su parte, se marchan con un sabor agridulce por la sensación de saber que han controlado el partido, pero que no ha sido suficiente para sumar los tres puntos.