La fortuna le da la espalda al Nàstic contra el Badalona

Gimnàstic de Tarragona y CF Badalona se enfrentaban en el Nou Estadi en un partido correspondiente a la segunda jornada del Subgrupo A del Grupo III de la Segunda División ‘B’. Los locales querían saciar su hambre de triunfo después de que su duelo contra el Barça ‘B’ se viera salpicado de polémica, mientras que los visitantes llegaban dispuestos a sumar tres puntos más tras imponerse por la mínima a L’Hospitalet.

El duelo tuvo un inicio accidentado. En los primeros instantes, el Nàstic probó fortuna con un centro de Joan Oriol que buscaba la testa de Gerard Oliva. La defensa escapulada consiguió frenar la ofensiva sin excesiva dificultad, pero al rechazar el balón, el delantero grana quedó tendido en el terreno de juego y necesitó asistencia médica. Nada grave, podía continuar. A los cinco minutos, el cumpleañero Javi Bonilla finalizó una jugada de Brugui con un regalo para el portero Álex, a lo que Robusté contestó con un disparo desviado tras un córner. Primeras aproximaciones, aunque sin demasiado peligro.

Empate sin brillo

La defensa, el juego trabado, los rebotes y las faltas dominaron los primeros minutos. Goyo y Roger Brugué fueron los únicos en aportar un poco de fantasía a la acción, con un juego atrevido y un disparo del ’10’ del Nàstic que salió lamiendo el travesaño. El colegiado Muresan Muresan estaba teniendo más trabajo que sendos guardametas. Poco a poco, las internadas por el área empezaban a hacer acto de presencia, pero ni Gonzi ni Álex necesitaron modificar su pétrea figura.

De repente y sin avisar, el Badalona metió miedo al cuerpo de los contados aficionados que se habían reunido en las inmediaciones del Nou Estadi. Un centro milimetrado de Robert llegó a los pies de Ale Meléndez en el punto de penalti. La volea salió acariciando el palo, pero sus compañeros reclamaban unas posibles manos. Tras unos instantes de confusión, el árbitro decretó un saque de esquina. El Nàstic necesitaba reaccionar con urgencia si no quería que la temporada se convirtiera en una pesadilla.

Pareció que el aviso había hecho efecto. En el minuto 35, Joan Oriol tuvo la mejor oportunidad de la primera mitad. El lateral engañó a los pupilos de Manolo González y, en lugar de combinar con Amang, recortó él solo hasta llegar a la frontal del área. Su misil obligó a Álex a hacer una demostración de sus habilidades felinas. El Nàstic empezaba a dominar, pero el luminoso no se movió antes de llegar al descanso. 0-0 en un partido trabado y prácticamente sin ocasiones. Ninguno de los equipos merecía ganar.

El Nàstic quiere reconciliarse con la victoria

Pausa y presión seguían siendo las protagonistas del segundo período. Fue necesario traspasar la barrera del minuto 50 para despertar del letargo. Una falta a favor del Badalona derivó en una excursión particular del balón por el área grana que no encontró rematador. 120 segundos más tarde, Amang hizo uso de su poder físico para dejar un balón inmejorable a Gerard Oliva en el punto de penalti. El delantero de Riudecanyes no pudo aprovechar el presente y su disparo salió demasiado alto.

Una vez más, las mejores ocasiones resultaron en un resurgir del equipo rival. Ale le quitó el esférico a Ribelles en la frontal de su misma área, se lo pasó a Robert y, cuando el gol parecía cantado, Bonilla apareció de la nada para interceptarlo. Acababa de salvar el 0 a 1. Desde entonces, reinó la indecisión. 20 minutos sin ocasiones, de rechaces y con el primer carrusel de cambios. Hasta el minuto 72, el balón no tuvo un objetivo claro. Una excepcional finta de Ribelles culminó en un centro que se envenenó hasta el punto de casi intoxicar a Álex.

Llegó el minuto que los fans del Nàstic estaban soñando. Javi Bonilla pica la falta, hay un rebote, Trilles intenta rematar y el Badalona introduce el balón en su propia portería. Los chicos de Toni Seligrat estaban celebrando el 1 a 0, pero el línier les hizo despertar del sueño: fuera de juego. La polémica no terminó aquí. En la siguiente jugada, la pelota dio en el brazo de Robusté, tendido en el césped tras intentar despejar. ¿Resultado? Amarilla a Pedro por protestar.

No tendrían que pasar muchos minutos para que los espectadores volvieran a ilusionarse. En una nueva falta, el Nàstic empleó una jugada ensayada. Fran Carbia se plantó ante Álex, su disparo impactó en el rostro de Ribelles y dio en el palo superior. La suerte le había dado la espalda al conjunto grana. Un disparo ligeramente desviado de Joel Lasso fue una muestra más del infortunio.

Finalmente, el partido acabó con un empate sin goles. En la primera parte, las ocasiones se pudieron contar con los dedos de una mano, pero en la segunda, los locales estuvieron muy cerca de inaugurar el marcador más de una vez. El Nàstic se coloca en octava posición, con 1 punto. Por su parte, el Badalona se irá a dormir segundo, con 4 puntos.