Heroico empate del Girona en el templo del Almería
Sobresaliente partido en el Estadio de los Juegos Mediterráneos en el que el Girona lograr salvar un punto de esos que valen ascensos
Girona y Almería se daban cita en el Estadio de los Juegos Mediterráneos en uno de los mejores partidos de toda la categoría entre dos claros aspirantes al ascenso.
El partido comenzó y no falló a lo esperado, un partido sumamente igualados que juegan a tener la posesión.
Sin embargo esta igualdad no tardó en romperse tras el derribo a Sadiq siendo el último hombre, acción que el árbitro amonestó con amarilla, para corregirla finalmente gracias al VAR y terminar expulsando al angolés. En la repetición, el colegiado vio que el otro central, Bernardo, no estaba tan cerca.
Tras la expulsión los jugadores del Almería dieron un lógico paso adelante que se vio reflejado en una ocasión de Carvalho tras conectar un centro pero no poder darle dirección.
Se marchó al filo del descanso Samuel Costa tocado físicamente y visiblemente enfadado, para dar entrada a Lazo.
Al cambio respondió el Almería de la mejor forma posible, con un potente tiro de Morlanes que tuvo que atrapar en dos tiempos Juan Carlos.
Pitó el descanso finalmente el colegiado para alivio de los catalanes, que había visto como la balanza del partido se desequilibraba tras la expulsión de su jugador.
La segunda parte la empezó el Girona intentando sorprender con un tiro lejano desde el saque de centro que no cogió portería, ocasión a la que respondió el Almería con un zapatazo que estuvo cerca de acabar en la portería de Juan Carlos, y un posterior remate que tuvo que detener el guardameta.
El Girona se agarró a rascarle segundos al crono, perdiendo tiempo en todas las acciones posibles e intentando agarrarse a alguna contra puntual, como la de Sylla en la que su disparo se marchó desviado.
Las ocasiones no hacían mas que sucederse a favor del Almería, con respuestas muy puntuales del Girona.
El acoso de los andaluces no hizo más que incrementarse, concretamente tras la acción de Cristóforo, que fue con la plancha y se llevó a Balliu por delante, dejando a su equipo con tan solo 9 nombres para resistir el arreón.
Todo un partido de locos en el que ambos equipos atacaban con sus armas, y si no era ya suficientemente surrealista el partido, Monchu se vio en la obligación de cortar con roja una contra de los locales.
Juan Carlos se erigió en la portería como un titán, logrando dejar la portería a cero a pesar del empuje del Almería, que llegó a cantar un gol anulado en el 94 por fuera de juego de Sadiq.
Finalmente los catalanes lograron salvar un gran punto que de poco les habría valido al principio del partido pero que sabía a gloria tal y como se desarrolló.