La derrota en Valladolid vuelve a encender las alertas, si es que alguna vez se apagaron del todo, en el Athletic. El juego sigue siendo raquítico, con chispazos a cuentagotas y partidos en los que no hay que ocultar la suerte acompañó lo suyo como frente al Sevilla. El conjunto de Gaizka Garitano sigue transmitiendo malas sensaciones y esas no se ven mejoradas por los números, pues éstos también son malos.
Tras nueve jornadas, si bien al Athletic le queda pendiente un partido frente al FC Barcelona que recuperará allá por enero, suma 9 puntos. Ocho encuentros en los que ha logrado tres victorias frente a Eibar, Levante y Sevilla. Solamente las dos primeras pueden considerarse relativamente solventes, pues frente al Sevilla la fortuna sonrió a unos leones a los que el plan de Garitano del juego directo y segunda jugada no les funciona.
El equipo lleva una progresión de unos 38 puntos a final de temporada con el ritmo actual. Una cifra que deja en suspense el lograr la salvación y que, de lograrlo, sería ajustada y sufriendo hasta el final. Y no cabe olvidar que el objetivo del club antes de arrancar la temporada distaba mucho de lograr la permanencia en la categoría
Por ahora no parece vuelva a planear la sombra de la destitución como si lo hizo hace unas jornadas por parte de la Junta Directiva. Entonces, pasando por encima de la dirección deportiva, se sondeó la opción de Marcelino García Toral, pero no hubo sintonía y las aguas se calmaron con la victoria posterior. Pero ahora, si tras el parón de selecciones el equipo no mejora ostensiblemente, ese río de nombre relevo en el banquillo, volverá a llevar agua.