Segunda derrota de la temporada para el Espanyol, que de nuevo no supo cerrar el partido tras ponerse por delante. Dos zarpazos del Girona en los últimos 10 minutos bastaron para matar a un Espanyol muy flojo en los últimos tramos. A pesar de ello, la victoria vino con un penalti muy riguroso.
El Girona empezó con ganas, con ganas de morder y rascar puntos del RCDE Stadium. Aun así, fue Embarba el primero que probó suerte con un disparo directo de falta que se fue por muy poco. Respondió el Girona con una acción muy clara de Samu Saiz, que se quedó solo, pero fue demasiado lento y se dejó atrapar por los defensores pericos. Fue la más clara de los visitantes en toda la primera parte. A punto estuvo también RDT de transformar el primero en un balón que se encontró demasiado cerca del palo como para merterlo dentro. Poco tardó, no obstante, en acertar. Centro medido de Embarba que dejó solo a RDT y el madrileño no perdonó. Remató a placer, tras controlar solo en el área pequeña. Se pidió fuera de juego y se revisó, pero De Tomás estaba perfectamente habilitado por la defensa gerundense. Nuevamente, la conexión vallecana le dio el primer tanto al Espanyol.
Una segunda parte con final tragicómico
No le perdió el Girona la cara al partido. Empezó el segundo tiempo avisando con un buen desmarque de Pachón, que regateó a Diego López y mandó al palo, aunque estaba en fuera de juego. Poco después, RDT pidió penalti por una caída dentro del área, aunque el colegiado lo tuvo claro y no dudó en pedirle que se levantara. Otra ocasión importante la tuvo Javi Puado, que remató de cabeza un buen centro de Miguelón, pero atajó Juan Carlos. Embarba y RDT intentaron conectar de nuevo con un pase raso al interior de la pequeña, pero no llegó al balón RDT y se perdió por el lateral.
Lo intentaba e intentaba el Girona, por todos los medios, peor sobretodo con Samu Sáiz, el más activo en el ataque visitante hoy. La volvió a tener Puado tras un contrayaque, aunque su disparo lo pudo detener fácilmente Juan Carlos. Pero, entrados ya los últimos 10 minutos, una genial jugada de Bárcenas valió para lograr el empate. Y poco después, el árbitro se inventó un penalti inexistente tras un perfecto piscinazo de Santi Bueno. Lo tiró Samu Sáiz y no perdonó.
Consigue así vencer de nuevo el Girona en el RCDE Stadium, una visita que no le ha ido francamente mal desde que el equipo ascendiera a Primera División.