Parece que es oficial que el RCD Espanyol atraviesa su primer bache de la temporada. Hasta ahora, desde que obtuvo el liderato en solitario tras la jornada 5, el cuadro de Vicente Moreno había dominado con bastante autoridad la categoría. La derrota de Vallecas, en un encuentro decidido en una acción totalmente aislada y de gran calidad, no hizo mella, pues el equipo se repuso de inmediato. Cinco encuentros en los que solo la falta de acierto en Tenerife impidió que fuesen cinco victorias.
Pero ahora han sido dos partidos malos; dos partidos en los que los rivales han encontrado formas de hacerle mucho daño al equipo perico. En Fuenlabrada la fortuna, falta de acierto de los madrileños o acciones de calidad defensiva como fue la ‘salvada’ bajo palos de Leandro Cabrera, evitaron un peor resultado. Sin embargo frente al Girona, polémica al margen por el más que dudoso penalti del charrúa que acabó decidiendo el encuentro, el cuadro blanc-i-vermell logró también hacerle daño a un sistema defensivo que se había mostrado muy solvente.
Esto se sabía podía pasar. La temporada es muy larga y a pesar de la rotunda superioridad en cuanto a presupuesto, plantilla y recursos del Espanyol con casi todos los equipos de la categoría es imposible ser regular desde septiembre a mayo. Todos los equipos atraviesan baches y lo importante es como salen de ellos. Eso es lo que habrá que evaluar en los próximos compromisos del cuadro blanquiazul que podría afrontar desde la segunda plaza si el Mallorca vence este domingo.
Pero por ahora ha quedado demostrado que solo con Embarba y RDT puede no servir para ganar. Cuando el sistema defensivo, que comienza por ellos dos precisamente, falla, ellos solos no pueden. Firmarán una cifra de goles altísima, nadie puede dudarlo, pero solo con eso puede no dar para lograr el ascenso allá por mayo. La pasada noche, ambos se volvieron a asociar como hicieron en varias jornadas antes. Pero esta vez no bastó, por una genialidad individual y un error arbitral, pero no bastó; pero tampoco había servido en Fuenlabrada.
Van dos jornadas seguidas con malas sensaciones y solo un punto sumado. Vicente Moreno seguro que ya se ha dado cuenta de que hay cosas que no funcionan y le tocará ponerse el mono de trabajo. Le toca evolucionar a su equipo para sea más coral y no dependa exclusivamente de su ‘duo sacapuntos’.