El CD Tenerife y la Ley de Murphy
La UD Almería consigue la victoria con dos penaltis ante un Tenerife que no consigue levantar cabeza ni con el cambio de técnico
La indiferencia es un sentimiento poco común en el mundo del fútbol. Este deporte pocas veces deja a alguien indiferente, menos en la liga de plata, y el encuentro entre la UD Almería y el CD Tenerife en el Estadio Municipal de los Juegos Mediterráneo no fue menos.
Después de un comienzo de temporada complicado para el club andaluz ha vuelto a colocarse en los puestos de arriba, donde se le esperaba. Un proyecto cuyas expectativas está en el ascenso. La temporada pasada le falto aire en los metros finales, pero esta temporada, una vez más, el objetivo está claro, ascender. Como si de perfiles antagónicos se tratara está el equipo visitante, el CD Tenerife, un club que se encuentra en la cara opuesta de la moneda, a principios de temporada se posicionaba como uno de los grandes de la categoría en las quinielas, y se quedó en las expectativas. Un equipo cuya máxima es la Ley de Murphy.
A pesar de la mala racha, tanto dentro como fuera del campo, el club blanquiazul bajo las órdenes de su nuevo técnico, Miguel Ramis, salió al terreno de juego a plantar cara al equipo local. El jugador inglés, Shashoua, fue el que generó más sensación de peligro de los chicharreros con su descaro hacia la defensa rival. En el minuto 17 llegaría la polémica, cuando Jorge Cuenca con un remate dentro del área pequeña encontró portería batiendo a Ortolá, sin embargo, el árbitro vio carga ilegal de Cuenca sobre el defensor tinerfeño. Para rabia del Almería y alegría de los visitantes.
El partido continuo con amenazas constantes sin demasiado acierto por parte de ambos. El Tenerife con un estilo más directo, especialmente, a través de los centros continuos de Shaq Moore, mientras que el Almería a su ritmo, cocía las jugadas a fuego lento.
A los cinco minutos de la segunda parte llegó el “karma” para los de José Gómez y un jarro de agua fría para el equipo canario. Bruno Wilson despejando un centro a córner, en una jugada dudosa, golpeó con la mano en la cara a su marcaje cometiendo penalti. Lazo con un zapatazo a la izquierda lo transformó en el primer gol del partido. Los de Miguel Ramis continuaron luchando, sin crear excesivo peligro. El presa canario ladraba, pero no mordía.
En un magnífico pase al hueco de Petrovic a Sadiq, dejándolo solo dentro del área llegó el KO. Aitor Sanz intentando evitar el gol barrió al delantero almeriense; penalti. El propio Sadiq lanzó el penalti que Ortolá consiguió tocar, pero no a detener. 2- 0 para los locales.
El CD Tenerife y la Ley de Murphy, siempre de la mano. No estaban obligados a ganar, mucho menos, en el estreno de un entrenador que acaba de coger a un equipo que no funcionaba, sin embargo, los puntos perdidos cada vez pesan más. Y la suerte tampoco está de su lado. Todo lo que le pueda salir mal a los canarios, les saldrá mal.
La UD Almeria, en cambio, se consolida en la parte alta de la tabla con 26 puntos y continua con su racha que parece no tener fin, 8 partidos sin conocer la derrota. Una plantilla amplísima y con jugadores de gran calidad hace que ganen los partidos casi por inercia. Tres puntos que suman a su carrera por el ascenso.