Y el secreto dejo de ser secreto; y se volvió un grito que en la noche decembrina despertó al fútbol colombiano, la noticia que deslumbró en la oscuridad es la no continuidad del técnico portugués Carlos Queiroz, después de dos años de trabajo, de ires y venires, de la situación atípica que representó la pandemia y de la bochornosa presentación ante Uruguay y Ecuador que fue la gota que rebozo el vaso y que hizo que casi toda Colombia pidiera su salida. El estratega portugués que venía precedido de un buen proceso con la selección de Irán, tomó la dirección técnica del seleccionado colombiano con el objetivo claro de una buena presentación en la Copa América y por supuesto la obligación de seguir el camino abonado por Pekerman y llevar a Colombia al mundial de Qatar, pero no hubo una buena copa América y en el comienzo de la eliminatoria tampoco se dio un buen balance.
Queiroz tuvo la copa América para ir conociendo los jugadores y poder iniciar la base de la selección para así encarar las eliminatorias suramericanas, pero en cada convocatoria los nombres seleccionados dejaban algunas dudas, sin embargo pudo salir victorioso ante Venezuela y lograr un punto ante Chile de forma agónica, pero logrando sumar, ya en la tercera fecha la situación se torno difícil, pues de local ante Uruguay se tuvo una derrota por 3 a 0, donde se le observó desesperado y sin reacción, incluso haciendo cambios de manera apresurada, jugadores que venían en buen nivel se vieron lejos de ese buen momento y dejaron incertidumbre, lo cual fue aún peor cuando se visitó Quito y allí sin atenuantes los cafeteros cayeron 6 a 1, una goleada histórica y que demostró el poco conocimiento de sus pupilos, tan poco conocimiento que en 35 minutos hizo 4 cambios, detonando la alerta y perdiendo la confianza, al punto que se habló de enfrentamientos en el camerino entre las principales figuras.
Carlos Queiroz recibió la selección con una base consolidada y a la cual había que ir haciendo llegar nuevas figuras, actualizar conceptos y dar manejo estratégico para sacar mayor provecho a cada jugador, pero no pudo amalgamar su concepto europeo al juego suramericano y poco a poco la selección Colombia no tenía ni orden táctico, ni respetaba su ADN, esa situación sumada al desorden en el terreno de juego, no cayó bien en la hinchada, el periodismo, ni la dirigencía y por eso casi un mes después lograron llegar a un acuerdo para su salida, crónica de una muerte anunciada que no se había podido sacar a la luz por un tema económico el cual no habían podido acordar.
Termina la era Queiroz y para la próxima fecha eliminatoria donde Colombia recibirá al lider Brasil, otro timonel será quien deba enfrentar tan crucial encuentro y poder enderezar el rumbo hacia Qatar.