El número ’13’ suele estar vinculado a la mala suerte, al menos en Occidente, pues al trasladarnos a China comprobaremos que la cifra vinculada a las desgracias es el ‘4’. Paradójicamente, la suma de ambas cifras es ’17’, los minutos que tardó el Levante en convertir su primera victoria en casa. Por el contrario, el ’17’ puede haber sido bautizado como el de la mala suerte en Getafe.
Rara vez ocurren tantas cosas en un partido en menos de 20 minutos. Pero, en el primer partido del sábado el eje neurálgico de los acontecimientos de mayor relevancia se reprodujeron en los primeros 17 minutos. Corría el reloj, aproximándose al minuto cinco, cuando, tras una pugna en el medio del campo propició que la pelota llegase a los píes de Jorge de Frutos. En la medular el interior derecho filtró un balón a la espalda de la defensa madrileña con un claro destinatario: Roger. La amplía zancada del delantero granota le permitió pisar el área rival y cruza el balón, imposible para una posible intervención de David Soria. Uno cero y solo acababa de empezar la pesadilla.
Minutos después, en ese barullo previo a la asistencia de Jorge de Frutos, Chema golpearía con los tacos de su bota derecha en el pecho de un adversario. El árbitro, una vez finalizada la celebración local amonestó con cartulina amarilla. Sin embargo, el VAR intervino y fue implacable: roja directa en el minuto nuevo, la decisión fue cambiar el color de la tarjeta a Chema. Las desgracias se amontonaban al cuadro de Bordalás, quien había decidido experimentar con Djené en la sala de máquinas junto a Arambarri.
Al técnico alicantino le tocaba mover ficha e intentar reorganizar un esquema confuso, mientras decidía qué hacer, qué cambiar o cómo reengancharse a un encuentro problemático desde muy pronto. La desgracia se disfrazaba de granota y volvía a azotar al Getafe. Minuto ’17’ y en una esquina celebraban un segundo gol los jugadores de Paco López. Rebobinando unos segundos, antes de que el balón besará a la red, Carlos Clerc lanzaba -escorado- un balón en largo desde la banda izquierda. La pelota supera la espalda de la -adelantada- defensa visitante para que Daniel Gómez, quien pasaba por allí, corriese a depositarla al fondo de las mallas.
Primera parte
El partido correspondiente a la duodécima jornada con una gran sorpresa: el once designado por Bordalás. El técnico del Getafe decidía adelantar la posición de su capitán, Djené, situando a Chema como pareja de zaga de Cabaco. El partido tenía una relevancia vital para los locales, por la posición tan peligrosa en la zona baja de la clasificación, y los visitantes, por no entrar en la zona caliente.
Más allá de tímidos intentos de los de Bordalás, el Levante aglutinó el mayor peso de las ocasiones generadas. Aunque, esto no quiere decir que los visitantes no rondaran los dominios de Aitor. Arambarri lo intentó con un golpeo desviado y el ‘Cucho’ Hernández con intentos de poco peso. Los locales, con uno más y dos goles de ventaja, gestionaron bien el tiempo. Temporizaron y supieron cuando morder, tras oler la sangre. Sin embargo, varias intervenciones de Soria pudieron sostener y conservar las posibilidades del Getafe.
Segunda parte
El Getafe bajo la presión de arriesgar para poder reducir diferencias y rengancharse al encuentro, al contar con un jugador menos, el salir a por el gol se traducía con más espacio aprovechable para dar el mazazo definitivo. Llegaría, nueve minutos después de reanudarse el partido.
Previamente el balón parecía incontrolable, sin un dueño bien definido. No había quien dominase el encuentro ni siquiera el propio Levante, con uno más, pudo domar el esférico y sumarle kilómetros a las espaldas de sus adversario, a base de mover la pelota. El partido quedaría visto para sentencia tras un latigazo de Jorge de Frutos. El interior granota cambió los papeles con Roger, en el primer tanto del partido.
La defensa estaba rota, el Getafe estaba realizando sobreesfuerzos para realizar transiciones ataque-defensa. La dificultad para recuperar las espaldas propició un gran agujero detrás de la medular del Getafe, así, tras un rechace, Roger toma el control de la pelota y ve la internada por la derecha de Jorge de Frutos, quien -una vez llegado el momento- definió como un auténtico depredador de área, poniendo la pelota en la escuadra izquierda de Soria.
El partido quedaba por terminado, a pesar de quedar más de treinta minuto por disputarse, el Levante bajó el pie del acelerador y el Getafe, con su incansable espíritu competitivo, no dejó de intentar aproximarse al arco de Aitor. La intensidad de los visitantes daba una imagen positiva, de profesionalidad, al equipo visitante. Sin embargo, pecó de intensos, como Djené, jugador amonestado desde el primer tiempo, quien no terminó el partido, y no por ser sustituido. El capitán visitante vio la segunda tarjeta amarilla, en una más que discutible acción.
Dos jugadores menos, tres goles en contra, Bordalás miraba el reloj con el fantasioso deseo de que el partido se consumara en un pestañeo. Un aguacero de desafortunadas acciones inundaron las aspiraciones visitantes por sumar tres puntos, el Levante encarriló el partido desde pronto y gestionó las diferentes ventajas de gran forma. Un justo vencedor que por fin suma su primera victoria como local.
