El Leganés sigue con su maldición en el Heliodoro

Como si de una partida de ajedrez se tratase planteó Martí el partido  en su regreso a Tenerife– entrenó a los tinerfeños durante tres temporadas–. De hecho, en la última logró llegar a la final del playoff cayendo frente al Getafe. Grato recuerdo el que hay del mallorquín en el Heliodoro.
En lo que respecta al encuentro, los primeros 45 minutos fueron soporíferos. El mencionado Martí basó su planteamiento en el blindaje defensivo, bloque muy junto, y aprovechar los contragolpes con hombres veloces como Arnaiz o Rober. Se notaba cierto temor a lo ocurrido en el Toralín, donde el equipo fue una sangría defensiva atrás. Los pepineros buscaban transmitir la solidez mostrada en Butarque– ha ganado todos sus encuentros excepto frente al Girona– fuera de su feudo. En el plano defensivo cumplieron la parte ofensiva fue otra muy distinta. 

Ritmo muy lento en la primera parte

Los pupilos de Ramis mantuvieron la misma estela que su rival. Un 4-4-2 condensando a todos los jugadores en un espacio muy reducido. De esta manera, lograron frenar los pases interiores tan peligrosos de futbolistas como Gaku– haciendo más labores de pivote ante la ausencia de Rubén– o Pardo. En uno de estos mencionados pases por parte del riojano llegó la ocasión más clara del primer tiempo. Excelente centro posterior de Palencia pero la elegante definición de Bastón– taconazo al primer toque con el interior– lo detuvo Hernández. Poco más ocurrió en el primer tiempo. Los locales más que crear se encargaban de destruir cualquier posible jugada de los madrileños. 

Gol anulado a Arnaiz y poco más 

Apenas cinco minutos duró la resistencia del Tenerife. Peinada con la testa de Bastón e implacable definición de Arnaiz aprovechando el desbarajuste de la zaga. Los blanquiazules se adelantaban. No obstante, poco iba a durarles la alegria, Milla a instancia del VAR anuló el tanto por posición antirreglamentaria del talaverano. El gol espoleó a los visitantes que se asentaron en el terreno de juego; a medida que los pupilos de Ramis iban replegándose considerablemente hacia atrás. Martí aprovechó tal situación para dar entrada a Juan Muñoz por Rober, inédito durante todo el envite. Asimismo Rosales sustituyó al lesionado Bustinza. Sin embargo, este arreón en el segundo tiempo con los cambios no se acrecentó sino todo lo contrario disminuyó considerablemente. El Tenerife respiraba y lo hacía más cuando Sam entraba en contacto con el cuero, el inglés fue el jugador más desequilibrante de su equipo. 

Conforme pasaban los minutos el conjunto isleño asomaba un poco la cabeza hacia posiciones más ofensivas. Aun así, el peligro era escaso, más concreto nulo. Simplemente adelantó el bloque medio para evitar embotellarse en los últimos compases del encuentro. Los leganenses con su “brillantez” habitual en cuento a la creación de juego se limitaron a aprovechar la ocasión que tuvieran, y vaya que si la tuvieron. Sabin– máximo goleador del Lega– aprovechó un garrafal error de Alberto para impactar un potente disparo que le salió, eso sí, muy centrado al igual que el rechace, también detenido el portero venezolano. El marcador no se movería.