Si hay algo de lo que no se le podrá acusar nunca a esta SD Huesca es de falta de paciencia. Al menos, con su entrenador. Nunca en la historia de la competición un entrenador que acumulase un inicio de doce encuentros sin ganar ha seguido en el cargo buscando una oportunidad de lograr la primera victoria.
De hecho es que el entrenador madrileño ha superado en cuatro encuentros a quien más tiempo había aguantado. Hasta ahora ningún entrenador que no hubiese ganado en los ocho primeros encuentros, ha habido varios, había contado con una novena oportunidad. Míchel tendrá hasta una decimotercera.
Pero este próximo fin de semana frente al Deportivo Alavés sí que ya no habrá más vuelta de hoja. De poco sirven los ocho empates y partidos en los que el equipo mereció mejor suerte. Si el Huesca no gana al cuadro babazorro, el técnico en el que el Huesca depositó su total confianza tras llegar en pleno estallido de la Operación Oikos y que provocó un terremoto en el club, lo abandonará. Han sido muchas cosas bien hechas por Míchel en el Huesca.
Nadie olvida que ascendió directo y como campeón a un equipo que venía roto de su debut en Primera. Pero toda paciencia tiene un limite. Y la depositada en él está agotada. Solo una notable mejoría con buen resultado el sábado le mantendrán en el cargo