El Mallorca ha puesto la velocidad de crucero. La marcha imperial del conjunto bermellón está impresionando a propios y extraños en esta Liga Smartbank. 41 puntos de los 54 disputados son un balance espectacular para cualquier conjunto. Los cuatro goles encajados en 18 partidos hacen entender el nivel que está llegando a alcanzar el equipo que entrena Luis García Plaza.
Hay algo más que la solidez defensiva del Mallorca. Vamos más allá en busca de la clave del rendimiento balear. Sin ir más lejos, el conjunto bermellón sabe que necesita el partido y cuando lo necesita, es capaz de vencer en campos como Butarque sin exprimir al máximo la maquinaria. En el feudo pepinero los pupilos de Luis García dieron un plus en el ecuador del partido y además con acierto. Maduró el partido, hizo correr al Leganés y en el momento de cansancio, apretó para encontrar el gol de Amath.
Con Galarreta y Salva Sevilla acompañando a Dani en la medipunta, el Mallorca tiene pies suficientes como para mantener el balón y defenderse con él. Tras el gol, a eso se dedicó el conjunto balear. Posesiones largas, sin arriesgar o rifar balones, esperando la presión del Leganés y encontrar algún hueco.
Dentro de esta idea, el Mallorca se siente cómodo, no ve la necesidad de apretar para hacer sangre y los rivales se desesperan cuando se pierden en esa maraña de pases infinitos que acaban desgastando las intentonas del rival. Con uno menos, los pepineros se perdieron una y otra vez en esa vorágine de posesiones larguísimas.
Además, sin balón la línea defensiva es un agujero negro en el que acaban todas las acciones rivales. Arnáiz, Borja Bastón y Gaku cayeron una y otra vez en la red que plantaron los cuatro defensas bermellones. Joan Sastre dejó sin protagonismo al 10 del Leganés. Arnáiz se perdió en la madurez mallorquina y los otros dos atacantes se difuminaron junto a él.
La clave del Mallorca radica en la madurez que ejercen en partidos igualados. Demuestra un punto más de frialdad y no se deja llevar por momentos de lucidez. Los chicos de Luis García aprietan en el momento adecuado y reposan el balón cuando el contexto lo pide. Elementos diferenciales que hacen del líder un equipo sólido y que lleva 17 partidos invicto.