Al Granada solo le resta un partido para concluir el año 2020. Un periodo de doce meses que si en general ha sido algo pernicioso para la sociedad, en la historia del Granada quedará grabado con letras doradas. No en vano ha sido el año en el que el club nazarí ha alcanzado por primera vez una clasificación para competición europea, en la que lejos de caer pronto se ha asegurado estar en el cuadro final de eliminatorias.
Pero a falta de un partido, el que enfrentará al Granada con el Valencia, para cerrar el año, los rojiblancos acumulan una gran carga de trabajo. Son once jugadores que superan los mil minutos disputados. Un dato que demuestra el gran desgaste al que está expuesta la plantilla rojiblanca y la dificultad de Diego Martínez para dosificar esfuerzos y mantener el nivel competitivo del equipo. Algo que, por cierto, está logrando.
Desde el pasado doce de septiembre, cuando los andaluces se estrenaron en Liga ante el Athletic, los granadinos acumulan 24 partidos en las piernas. Son un total de catorce encuentros de la competición liguera, nueve de Europa League y uno más de Copa, una densidad de partidos al que sólo se acerca el Bayern de Múnich, con 22 duelos disputados en este tramo inicial de campaña.
Hasta la fecha, Diego Martínez ha utilizado, incluyendo canteranos, a treinta y tres jugadores diferentes. Una batería de futbolistas que no ha impedido que hombres como Rui Silva, con 1.890 minutos; Neva, con 1.811; Germán con 1.605; o Luis Milla, que acumula 1.555 minutos en su debut en la máxima categoría hayan sido exprimidos en el último tramo del año.
Será un ritmo de partidos que para el Granada no va a disminuir a no se que sea pronto apeado de la Copa del Rey. Eso obligará a que Diego Martínez siga pudiendo repartir los esfuerzos preservando las piernas de sus jugadores. Todo por intentar que el club nazarí no se «caiga» físicamente en la segunda parte del campeonato.