La paciencia vence a las ganas
Un partido bien planteado estratégicamente por el Atleti acabaría dándole los tres puntos gracias a los goles de Correa y Saúl.
LaLiga es distinta este año y estos dos grandes debían saldar cuentas tras el aplazamiento de su encuentro en la primera jornada de Liga. Los colchoneros recibían a los sevillistas tras su partido cancelado ante el Athletic, por lo que querían usar esas fuerzas extras frente a un rival muy complicado. Los de Lopetegui sabían que tenían en frente al favorito de este año para ganar la competición casera pero eso no les quitaría que salieran con todo en busca de tres puntos importantes.
Pura intensidad y una genialidad de Correa
Ambos conjuntos saldrían enchufados para tratar de dar alguna sorpresa a su rival, tal como pasara el sábado en el encuentro de los sevillistas. Aquella locura podría haberse repetido de no ser por Oblak, ya que un error defensivo colchonero había habilitado a Rakitic prácticamente solo dentro del área. A pesar del susto, los de Simeone saldrían a cumplir el plan de su técnico y trataría de arrinconar a los sevillistas, algo que podía haber surtido efecto minutos más tarde con otra opción para los locales.
Conforme pasaban los minutos el ritmo se mantenía y cada equipo ponía a prueba la defensa de su rival. Los colchoneros parecían ser los que más paciencia estaban teniendo a la hora de generar sus jugadas y eso tendría su recompensa. Correa recibiría el esférico dentro del área y, sin previo aviso, el argentino rompería por abajo el balón al primer palo. El jugador sorprendía a Bono y de esta forma adelantaba a los suyos poniendo el 1-0 en el marcador.
El tanto no bajaría el nivel de ninguno de los dos equipos y así se vería a continuación. Una ocasión clara de Acuña que se iría fuera y un mano a mano entre Suárez y Bono dejarían ver el alto nivel del encuentro. Pese al tanto de Correa, ambas defensas parecían bastante seguras y solo la genialidad de algún jugador, como había sucedido antes, podía cambiar el marcador.
Remar para morir en la orilla
El paso por vestuarios no suavizaría el ritmo del encuentro y, desde el pitido que reanudaba el partido, ambos conjuntos saldrían con todo. Los encontronazos eran constantes pero sin agresividad como para haber excesivas tarjetas. Todo el mundo estaba teniendo mucho trabajo, ya fuera en ataque o defensa, y eso estaba haciendo de este un gran partido, pese a los 6 grados bajo cero a los que se estaba jugando.
El Sevilla se iba adueñando poco a poco del juego pero la línea defensiva que había puesto Simeone le estaba imposibilitando ver portería. Los colchoneros habían echado el cerrojo a su portería y estaban sabiendo sacar de quicio a los hispalenses, que dominaban pero no creaban ocasiones claras. Lo único que estaban consiguiendo los sevillistas eran saque de esquinas y parecía la única forma de intentar marcar su gol, pero los centros no estaban siendo precisamente buenos para ello.
La primera vez que llegaría el Atleti a puerta rival sería la puntilla que le faltaba al Sevilla. Una pase largo a Llorente le permitiría poner un pase tranquilamente al borde del área, donde se encontraba el recién ingresado Saúl. El rojiblanco cogería su posición sin prisa y haría un tiro cruzado imposible para Bono. El mazazo terminaría por rematar a un Sevilla que estaba desesperado y que ya terminaría lanzándose como pollo sin cabeza por su ansiado tanto.
Los sevillistas lo intentaban por activa y por pasiva, pero si no era Oblak, era el palo quien impedía el tanto de los andaluces. Lopetegui había puesto todo lo que tenía en su banquillo sobre el césped pero el Atleti tenía más que atado el encuentro y solo necesitaría aguantar para escuchar el pitido final que le hacía aún más líder de LaLiga Santander.