El último encuentro disputado en el Martín Carpena (Unicaja-TD Systems Baskonia) tuvo que aplazarse hasta las 22:00 por la detección de un positivo por coronavirus en el trío arbitral. El partido, en un principio, estaba programado para las 19:30. En el momento en el que se detectó el positivo se pusieron en marcha todas las medidas pertinentes de protección sanitaria. Los otros dos árbitros se aislaron hasta saber si son o no positivos como su compañero. ¡Y el gran problema! Trasladar a un nuevo trío de árbitros hasta la Costa del Sol en pleno temporal (Filomena) dificultando los traslados desde la capital.
El programa inicial era que Daniel Hierrezuelo, Martín Caballero y Joaquín García arbitrasen el encuentro. Los dos primeros se trasladarían desde Madrid a Córdoba, y posteriormente se desplazarían a Málaga en coche; mientras que el otro integrante del trío arbitral iría por carretera desde Cádiz. Pero hubo contratiempos en el desarrollo del plan: el AVE de Martín Caballero y Daniel Hierrezuelo sufrió retrasos por el temporal.
La federación española de baloncesto optó por un nuevo trío arbitral, sustituyendo a Daniel Hierrezuelo por Antonio Conde. Este último aterrizó en Sevilla a las 19:30 con procedencia de las Islas Canarias, tras arbitrar el Herbalife Gran Canaria-Joventut, y tuvo que desplazarse en coche a Málaga. ¿Problema solucionado? Ni mucho menos. Aún quedaba por resolver la tardanza del AVE de Martín Caballero, pero finalmente se decidió empezar el encuentro con dos árbitros y en la mitad del encuentro se incorporó este tercero. Una vez más la ACB demuestra el grado de implicación de sus colegiados.
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