Hace menos de una semana, concretamente el pasado día 14, se hizo oficial lo que venía siendo un secreto a voces: Luka Jovic abandonaba el Real Madrid en calidad de cedido en busca de los minutos que no disfrutaba en el conjunto blanco. Casualidades de la vida -o no-, en su redebut con la camiseta del Eintracht, el serbio anotó un doblete en 28 minutos. Dos goles. En menos de media hora. La misma cantidad de tantos que anotó durante su año y medio de blanco bajo las órdenes de Zidane.
Lo cierto es que los factores fundamentales, tal y como describía el propio conjunto alemán en su cuenta de Twitter, son dos: minutos y confianza. En la presente campaña, el ariete, por el que el conjunto merengue pagó 60 millones a petición del técnico francés, ha disputado la escasa cifra de 208 minutos. La pasada campaña, el guion fue parecido, pues ni siquiera llegó a disputar 600 minutos en toda la temporada, algo difícil de entender en un equipo con las carencias de cara a portería que arrastra el Madrid en las últimas campañas.
Su ostracismo en Concha Espina se ejemplifica con su segundo y último gol con la elástica merengue. En El Sadar, en el minuto 92, tras haber entrado sustituyendo a Benzema en el 88. Tras esa diana, el serbio no volvió a pisar el terreno de juego hasta la jornada 38, ejemplo de la nula continuidad que se le ha brindado al ‘9’. Finalmente, el serbio, condenado a una suplencia indefinida, ha decidido volver a sentirse futbolista lejos de la capital.
Ødegaard, el siguiente
Pero ahí no termina todo. Menos de una semana después de la huida del serbio, ahora es Martin Ødegaard el que busca tener minutos lejos del Madrid. El noruego, que el año pasado fue una de las grandes sorpresas de LaLiga con la camiseta de la Real Sociedad, aterrizó en verano en Madrid con la premisa de tomar el relevo natural de Modrić, quien conviene recordar que tiene 35 años. Nada más lejos de la realidad. En una situación parecida a la de Jovic, el mediapunta ha disputado tan solo 367 minutos, la mayoría intrascendentes, exceptuando su titularidad frente al Inter de Milán en Champions.
Estos dos casos no son aislados, y dejan entrever que las jóvenes promesas están diciendo basta al ostracismo al que parecen estar condenadas bajo las órdenes del técnico francés. Una gestión de la plantilla que choca bastante con la política de fichajes del club, que busca hacerse con los jóvenes más prometedores del panorama. Pero de poco sirve fichar talento joven si luego no le vas a permitirse desarrollarse sobre el césped.
Una gestión de la plantilla poco comprensible
Ya son varios los jóvenes talentos que han abandonado el Bernabéu por la puerta de atrás al no contar para Zidane, y ahora deslumbran en sus equipos. Marcos Llorente es una pieza clave del Atleti, rival directo del Madrid, mientras que el club blanco reza para que Casemiro no se resfríe porque no tiene recambio. Achraf deslumbra en Italia y en Europa, mientras que Zidane ha reconvertido a Lucas en lateral porque no hay otra opción factible si cambia Carvajal. También Reguilón es un fijo para Mourinho, a la vez que en Madrid Mendy tiene que disputar una cantidad ingente de minutos porque Marcelo ha demostrado en diversas ocasiones que ya no está a la altura.
Está claro que la mente de Zidane es indescifrable, tanto para lo bueno como para lo malo. Con su ‘vieja guardia’ alcanzó el cénit futbolístico y logró lo que nadie había logrado antes. Pero el tiempo pasa, también para sus futbolistas, y llega el momento de dar paso a un relevo generacional si se quiere seguir siendo un equipo competitivo. Exactamente lo que hizo él como futbolista, retirarse antes de disminuir su excelso nivel, es lo que no está haciendo con sus futbolistas. Y tal vez, a la larga, le pase factura.
Por @diegoaguado97