El infatigable Granada, de récord en récord
El empate logrado por el Granada este miércoles en el campo del Villarreal (2-2) ha servido para que el equipo dirigido por Diego Martínez haya alcanzado una nueva marca histórica, al firmar con 28 puntos su mejor primera vuelta en Primera División, y para demostrar que la carga de partidos de esta temporada no le pesa a la hora de seguir alcanzando récords.
Ningún obstáculo pudo derribar al Granada en el Estadio de La Cerámica: ni el potencial del Villarreal, ni la roja al camerunés Yan Eteki por decirle al árbitro «¡Esto es una vergüenza!», ni la indicación desde la Sala VOR de dos rigurosos penaltis en contra, de esos en los que en principio no entra al VAR al no ser errores claros y manifiestos del colegiado de campo.
La figura del portugués Rui Silva, que acaba contrato a final de temporada y no para de crecer, emergió para detener en el tiempo añadido la pena máxima lanzada por Paco Alcacer.
Tres penaltis ha parado ya el luso esta campaña, más que ningún otro portero de LaLiga Santander; y tres penas máximas en contra le han pitado al Granada este curso tras revisiones desde la Sala VOR, más que a ningún otro equipo de la categoría.
Había igualado ya el Granada tras superar en la anterior jornada a Osasuna (2-0) la mejor primera vuelta de su historia en LaLiga Santander, pero este equipo no entiende de conformismos ni de objetivos complicados, siempre quiere más.
Por eso la igualada ante el Villarreal le lleva hasta los 28 puntos, su mejor registro a mitad de campeonato, gracias a los ocho triunfos y cuatro empates alcanzados en 19 compromisos, lo que le mantiene en una cómoda séptima posición en la tabla.
El mérito de lograrlo esta campaña es mayor al ser el Granada el equipo de Europa que más partidos ha jugado este curso con un total ya de 31 oficiales tras el disputado en el Estadio de La Cerámica.
A los del campeonato doméstico se unen los encuentros de la Copa del Rey, donde ha alcanzado los octavos de final, y los de la Liga Europa, donde se medirá en dieciseisavos de final en febrero al Nápoles tras superar tres rondas clasificatorias y la fase de grupos.
Sigue liderando a este Granada de época, al menos hasta que el 30 de junio acabe su contrato, Diego Martínez, un técnico con una madurez y una capacidad impropias de su edad (40 años) que defiende a los suyos dónde y cómo haga falta, si es necesario discutiendo de forma airada con Unai Emery, uno de sus mentores en el Sevilla y con el que mantiene una magnífica relación.
Las imágenes de ambos preparadores enzarzados en una llamativa e inhabitual batalla dialéctica a la conclusión del partido de este miércoles demuestran el tremendo enfado de los rojiblancos con el arbitraje sufrido en Villarreal y, además, la personalidad y el carácter de un técnico que, como su equipo, no se achanta ante nada ni ante nadie.
Hasta que llegue a los 40 puntos, el objetivo del granadinismo va a ser el de la permanencia una campaña más en Primera y el mensaje irá dirigido sólo hacia el siguiente partido, porque desde que hace ya más de dos años y medio llegó Diego Martínez al club, lo que él dice ‘va a misa’ y nadie tiene argumentos para discutirle.
Otra cosa es lo que piense cada uno en su interior y lo que se palpe de puertas hacia adentro. Porque este infatigable Granada que se mantiene vivo en las tres competiciones va de récord en récord, sigue agrandando su leyenda y parece no tener techo.