A veces los cuentos de hadas existen y éste lo protagoniza el amor de un padre y de su hija. Un cuento de amor, lucha y dedicación que hoy en día ha dejado de ser cuento para ser una bonita historia de ilusión. El padre, Alfredo Ulloa, empresario óptico madrileño dueño de la conocida cadena de ópticas «Ulloa Óptico» y la hija, Paola Ulloa, actual portera y una de las capitanas del Madrid Club de Fútbol Femenino más conocido como Madrid CFF.
Esta historia de ilusión se inicia allá por el 2010. Por aquel entonces, Madrid, una ciudad a la altura de las grandes capitales europeas, sólo disponía de un equipo femenino de primera categoría, el Atlético de Madrid Femenino, algo que para Alfredo Ulloa era incomprensible. Añadido a esto, el equipo de su corazón, del cual es socio, el Real Madrid, ni siquiera tenía proyecto para la creación de una sección femenina. Ulloa fue jugador de la entidad madridista, portero para ser más exactos en la categoría juvenil. Cuando su hija empezó a jugar al fútbol, estos pensamientos inconformistas de Alfredo empezaron a vagar más por su cabeza. Ulloa quería que su hija, portera paradójicamente, pudiera jugar en Madrid. La única opción de la que disponía era el Atlético de Madrid Femenino así que ante esa situación, no se lo pensó más y esa idea que andaba rondando por su cabeza empezó a cobrar vida, así que creó un club íntegramente femenino. Además, de esa forma, pensaba Alfredo Ulloa, llenaría el vacío que dejaba en el fútbol femenino el club de sus amores, el Real Madrid, de ahí que el Madrid CFF te recuerde en un primer momento al Real Madrid aunque a día de hoy ha conseguido que aún recordándote al club de Chamartín, tenga su propia identidad.
La idea principal de Alfredo era que fuera un club de cantera y conseguir un buen fútbol base femenino que se convirtiera en el trampolín de todas esas niñas que quisieran dedicarse al fútbol. Ulloa soñó a lo grande pero seguramente nunca llegó a pensar en lo que ha llegado a convertirse lo que inicialmente era sólo un sueño y hoy en día es el Madrid CFF. En sus inicios, jugaban sus partidos en el Polideportivo Luis Aragonés del barrio de Comillas. A medida que pasaba el tiempo, en la misma medida el club crecía, así que en 2017 llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes para jugar sus partidos en el estadio de la ciudad madrileña.
Ahora el Madrid CFF utiliza tres instalaciones diferentes para dar cabida a toda la infraestructura del club. El Centro Deportivo Luis Aragonés, El Estadio Matapiñonera en San Sebastián de los Reyes y el campo de un colegio de Hortaleza. De momento el club no tiene instalaciones propias pero dado el crecimiento vertiginoso desde su fundación… nunca se sabe.
El premio gordo a tanto esfuerzo llegó en 2017, cuando el club subió a la primera división del fútbol femenino, la Primera Iberdrola.
La estructura de su fútbol base es magnífica con 30 equipos en competición y más de 400 mujeres jugando al fútbol, lo que convierte a su cantera en la más grande de España de fútbol femenino. Es uno de los equipos que más jugadoras aporta a las categorías inferiores de la Selección Española. No tiene socios pero sí abonados oscilando ahora mismo entre los 1500 y los 2000 abonados. Su presupuesto anual es de 300.000 euros además de los 150.000 euros que aporta la Primera Iberdrola a todos los clubes de esta competición, además de recibir subvenciones por parte de la Comunidad de Madrid.
El Madrid CFF es un club especial desde sus comienzos pero el estar en primera división no ha cambiado para nada esto. Durante los entrenamientos es normal que las categorías inferiores se mezclen con las jugadoras de la primera plantilla consiguiendo así unir el sueño y la realidad de unas niñas a las cuales algún día les gustaría ser como ellas. Empezó como un bonito cuento de hadas, donde la hada madrina es un hado madrino y donde la cenicienta no es una mujer desvalida sino una joven y decidida portera que resguarda que este sueño siga siendo sueño pero como parte de la realidad.
Twitter: @Evacastrocuello