Sé que con estas palabras más de uno me llamará pesado, viuda negra o anticuado que vive en el pasado. Pero es que hay algo que me reconcome por dentro y no puedo parar de pensar. Lo que hemos sido y lo bajo que hemos caído, y lo peor de todo es que el pozo en el que estamos todavía puede ser más hondo y eso queridos lectores me hace sentir más miedo. Y es por ese motivo cuando más cerca estamos del infierno, cuando más oscuro vemos el camino, que les quiero recordar tiempos mejores, de cuando esto era un club señor y no el circo del Sol.
Para empezar, me gustaría que cerrasen los ojos por un momento y pensaran en nuestro templo, nuestra casa, piensen en Mestalla ¿Cómo lo recuerdan? Seguro que les habrá venido la imagen a la mente de un Mestalla lleno, cantando y animando y seguramente estén con una persona querida al lado viendo el partido.
Ahora quiero, que vuelvan a cerrar los ojos y piensen en un partido y en ese partido aparecerá un equipo ¿Qué partido es y que jugadores están el césped? En estos momentos debo suponer que estarán sonriendo recordando aquella época.
Y por último quiero otra vez con los ojos cerrados, quiero que proyecten un a su ídolo y su entrenador favorito o que más les haya marcado en estos 101 años de historia.
Creo que en estos momentos más de uno de ustedes estará sonriendo y pensando ¡Qué tiempos aquellos! Y es que aunque las cosas no salgan como esperamos, siempre nos quedará el recuerdo de cuando fuimos campeones, este pasará a anhelo de volver a serlo. En los tiempos que corren, donde está más cerca la catástrofe que el descanso, solo me vienen a la cabeza imágenes de aquellos años maravillosos con los Albelda, Baraja, Cañizares y compañía. Recordando momentos que para un niño pequeño se quedaron grabados en la retina.
Eran tiempos de un Valencia bronco y copero, con calidad y potencial de sobra para pelearle a Barça y Madrid por sus queridas ligas. De cuando nadie quería visitar Mestalla porque era un fortín que lo defendían 50000 almas y 11 guerreros en verde. Recuerdo a los Villa, Silva y Mata, que pena que por culpa de la mala gestión de algunos, la cual nos avocó al desastre que tenemos ahora, se tuvieran que marchar. Y como no recuerdo al trío La La La, Marcelino, Mateu y Longoria. Los padres de una familia que nos devolvió la ilusión y nos permitió volver a saborear un título 11 años después.
Ahora en tiempos difíciles debemos estar más juntos que nunca, fuera desprecios, malas sintonías e insultos. Para malos rollos, ya están otros y su actuación cada día brilla más por su ignorancia, insensatez y mala gestión. Y recuerden “No hay tormenta que cien años duré” pasará nos levantaremos y volveremos a ser grandes.