Con la cabeza en Segunda

Viajaba el Zaragoza hasta La Rosaleda para buscar una victoria que les sacase de la zona de descenso a costa de un Málaga que se encontraba en tierra de nadie (a 7 del descenso y a 9 de los puestos de playoff).

La batuta del partido la llevaron los locales frente a un Zaragoza muy académico, que limitó sus ataques con cuentagotas para centrarse en la faceta defensiva. Solo así pudieron frenar sus repetidas llegadas en las que Ratón tuvo que estar siempre con los 5 sentidos activos.

A pesar de esto el Zaragoza no tardó en adelantarse en el marcador cuando, con una pizca de fortuna, el remate de cabeza de Igbekeme a centro de Narváez tocó lo justo en un defensor para que se terminara colando en la portería.

El gol no alteró para nada los planes de cada uno de los equipos y el Málaga buscó y buscó el empate con ahínco, moviendo el balón con rapidez y tratando de sorprender a su rival apareciendo por ambas bandas.

No obstante lo bien organizado que estaba el Zaragoza, tanto en defensa como en ataque, hizo que volvieran a salir las carencias defensivas que se le han visto a este equipo en varios tramos de la temporada, permitiendo a Vigaray ampliar la ventaja para su equipo con un soberbio testarazo ante el que nada pudo hacer Juan Soriano.

Dos disparos a puerta, dos goles. Con esta impecables efectividad y la confianza del resultado se marcharon al descanso los hombres de JIM.

Pellicer por su parte trató de refrescarle la cara a su equipo introduciendo 2 cambios de cara a la segunda mitad, aunque la producción ofensiva del equipo se redujo, especialmente en los compases iniciales. Este factor la aprovecharon los maños para temporizar el juego y sufrir el menor número de sorpresas posibles.

Gracias a esto tuvieron pocos sustos más allá de un remate de Chavarría que no aprovechó lo solo que estaba para anotar con la testa, y del golazo de Luis Muñoz en los últimos compases del choque.

Atacaba el Málaga en un intento desesperado por rascar un punto cuando le cayó el balón al canterano para endosarle a este un zapatazo que lo colocaría al fondo de la red después de haber entrado pegado al poste.

Aún así, no llegaría a sufrir el partido el Zaragoza, pues supieron temporizar a la perfección los escasos minutos que le restaban al partido para terminar llevándose una victoria que les permitía abandonar los puestos de descenso.