A día de hoy, la SD Huesca cierra la tabla de Primera División con 16 puntos. Está a cuatro puntos de la salvación y así seguirá pase lo que pase a lo largo de la jornada del domingo. Las matemáticas siempre le han dicho al club altoaragonés que posible, era. Pero las sensaciones siempre negaban la mayor entre la afición oscense que veía como el club, con una sola victoria en 20 partidos era imposible, por mucho que el equipo diese de forma casi perpetua la cara.
Pero con la llegada de Pacheta algo ha cambiado. Lo primero con su mensaje de que «el Huesca ya eh, que nos esperen» que puso a todos en fila. Esas sensaciones ante el micrófono no tardaron en expresarse en el campo. Su debut dejó un pequeño cambio, que no bastó para puntuar en Getafe, ya le hizo arrancarle un punto ante el Villarreal antes de afrontar el partido clave de su etapa en el Nuevo José Zorrilla de Valladolid.
Ahí el equipo no solo venció, sino que convenció a su afición. Les convenció de creer que la salvación era posible. La próxima etapa era recibir al Real Madrid y el equipo no solo dio la cara, sino que mereció más. Javi Galán hizo soñar al equipo, pero Courtois y Varane le dieron sendos sopapos que le hacen perder claramente este asalto. Pero el luchador que es el Huesca con Pacheta no se viene abajo ni se tambalea. Ha perdido esa batalla que era lógico perderla, pero ahora vendrán otras más ‘ganables’. Unas batallas para las que el Huesca cree.