Cuando se acaba una relación todo se ve de color negro. Siempre hay un tiempo de duelo en el que parece que nunca acaba y más cuando ves al que considerabas al amor de tu vida paseando con otro. Estos ex traicioneros que prefirieron el dinero que al amor más puro de una afición que le idolatraba y le perdonaba cualquier derrota. Prefirió un nuevo proyecto a reflotar lo que juntos habían conseguido.
Ahora, a pocos días de San Valentín. Una ex pareja se vuelve a juntar bajo el son de Cupido y sus flechas. Ambos con nuevas parejas, con nuevas vidas y un mismo objetivo. En un lado del Mediterráneo, en la isla de la calma, el Mallorca ha encontrado en Luis García Plaza el clavo que ha sacado a Vicente Moreno del corazón bermellón. Todo va sobre ruedas y en todo momento hay una conexión que viaja sin frenos hacia un ascenso.
En la península, en Cornellá, a priori, Vicente eligió una pareja con más dinero, pero mucho más exigente. Al principio parecía la decisión correcta. Los meses han degradado una relación con una entidad que siempre vivió tiempos mejores y que no es capaz de aceptar su presente gris. Los golpes sobre la mesa de sus competidores hacen daño a esta nueva relación, que se tambalea con cada nueva derrota y con cada punto que le saca el Mallorca.
El reencuentro en casa
El día 14, cuando Cupido se eleve para hacer magia, a las 14:00 horas, el Mallorca y Vicente se reunirán en Son Moix para medirse en un duelo de altos vuelos y de sentimientos encontrados. Cinco puntos les separan en la clasificación. Una victoria bermellona puede dilapidar la relación de su ex pareja y afianzarse en la cima de la clasificación.
San Valentín dictará justicia. Sea cuál sea el resultado, el reencuentro aflorará sentimientos del pasado y hará justicia en esto del amor en el fútbol. El espectáculo está servido sobre el terreno de juego.