El Eibar, cuarto por la cola, y el Elche, penúltimo, juegan este sábado un partido a cara de perro. Ambos están inmersos en la encarnizada lucha por la permanencia con tres puntos en juego vitales para ambos. Pero en el duelo también hay cuentas pendientes de un equipo ilicitano que le tiene ganas al Eibar por un asunto que se remonta a seis años atrás.
Hay que irse al mes de mayo de 2015. La Liga terminó con el Elche clasificado en décimo tercer lugar y un Eibar que acabaría en zona de descenso al finalizar décimo octavo. Pero hubo un cambio de guión, ya que surgió la posibilidad de que el Elche descendiese de forma administrativa por impagos; lo que salvaría al Eibar de bajar en su primera temporada en la máxima categoría.
Juicios, recursos y apelaciones acabaron el descenso del Elche a Segunda. Un proceso en el que el Eibar defendió sus propios intereses en los juzgados, algo que no sentó bien en el club ilicitano y por el que las cuentas pendientes entre las entidades siguen ahí. Ya en la primera vuelta en Ipurúa, el recibimiento entre dignatarios en aquella cuarta jornada fue gélido y el Elche celebró efusivamente el triunfo desquitándose como parte de una deuda pendiente.
El sábado se vuelven a ver las caras en un duelo dramático y aunque los de Mendilibar aventajan al cuadro ilicitano en 3 puntos, éstos últimos tienen dos partidos menos, por lo que el encuentro es cara o cruz para ambos pues solo les vale ganar para no complicar todavía más, su delicada situación deportiva.