El futbolista colombiano Lucho García, guardameta del Deportivo, se mostró muy contento por haber debutado en Liga con el conjunto gallego el pasado domingo ante el Guijuelo (1-0), frente al que dejó la portería a cero, y reconoció que disputó el partido con la «nariz rota» tras una fractura días antes en un entrenamiento.
«Jugué con la nariz rota. Fue un riesgo que tomé yo. Hablé con el entrenador y le dije que, independientemente del plan que tenía de sacarme o no de titular, quería ir convocado. Me preguntó cómo me veía y le dije que jugaría sin máscara. Uno tiene ese temor de si te dan, pero elegí ser valiente y, si ya la tenía rota, que me la rompiera otra vez», explicó.
En una conferencia de prensa telemática, precisó que lo que tiene «es una fracturita que no afecta mucho» porque no tiene «nada desviado» e indicó que «la máscara» que usó en los entrenamientos pero no en el partido, «es para prevenir un posible golpe».
También señaló que si se «conformaba con ser suplente» sabía que no le iba a «llegar la oportunidad» que tuvo ante el Guijuelo en la decimocuarta jornada del campeonato de Segunda B.
«Me sentí muy agradecido por la oportunidad que me dio el entrenador. Vine trabajando mucho tiempo para que se me diera. Con trabajo e ilusión en cada entrenamiento espero que se pueda repetir. Estoy agradecido, feliz. Me enteré de que iba a jugar el día del partido. Ojalá se pueda repetir», comentó.
El portero indicó que, «cuando no jugaba trabajaba para jugar todos los domingos y ahora» no va a cambiar.
«Esté fuera o dentro, voy a hacer lo mismo», dijo García, que se acordó de «cada una de las personas» que estaban «tristes» por su suplencia, como su madre, que esté en A Coruña, como su padre, su pareja, amigos y también médicos y preparadores físicos del Deportivo.
«Y sobre todo me acordé de mí, de mi trabajo», añadió el cancerbero, quien se centró ya en el siguiente compromiso del Deportivo, el del sábado ante el Racing de Ferrol en A Malata.
Para él, se trata de una «final más» para el equipo coruñés de cara a poder seguir aspirando al ascenso y abogó por afrontarla con «coraje, valentía y fe».