Un Laccao, una cadena y un demonio. Así ha anunciado el RCD Mallorca la renovación de una pieza indispensable en los esquemas de Luis García. Martin Valjent vestirá de bermellón hasta 2025 y la parroquia mallorquinista está de celebración, pero ¿quién es Martin?
Un eslvaco de 25 años que llegó a un Mallorca recién ascendido a Segunda después de un paso fulgurante por la categoría de bronce del fútbol español. Aterrizó en la isla cedido del Chievo Verona y lo hizo para quedarse, después de que el Mallorca ejecutase la opción de compra de un millón y medio.
De todos son conocidas sus capacidades sobre el terreno de juego. Es capaz de parar estampidas, de dotar de control al descontrol ofensivo que quiere imprimir el rival, de darle calma a la tragedia y de salir de los atolladeros con la pelota controlada y ofreciendo escapes en las esquinas. Un central como la copa de un pino que vive en armonía en la isla balear.
Martin vive enamorado de Mallorca y eso se demuestra sobre el césped cada jornada. Da vitalidad al equipo y también fuera. Cae tan bien que puede realizar una peineta y nadie se siente ofendido. Alegre y sonriente salta al terreno de juego y da una sensación de seguridad que contrasta con su carácter, pero que demuestra ser una bestia competitiva.
Además de adorar todos los rincones de la isla, Martin siempre deja guiños hacia la lengua. Más de una vez se ha destapado con el mallorquín, dejando imágenes icónicas sobre él. Ese apego hacia todo lo autóctono de Mallorca ha hecho que su figura esté aún más ensalzada dentro de la afición bermellona.
Un laccao, unas cadenas, un demonio y Martin Valjent. Una historia muy bonita que alarga su final hasta 2025 para terminarla con un brazalete en su brazo.