Los cambios de entrenador es de sobra conocido que algunos funcionan y otros no. Cuando hay más de uno en un equipo, entonces ya sí que no se apunta al entrenador. El Alavés, ahora mismo, aún no está en esa situación. Pero es de sobra conocido que si Abelardo Fernández no corrige actualmente la situación de caída en barrera en juego y resultados que protagoniza el equipo babazorro, acabará fuera del club.
Desde la llegada del gijonés al banquillo, en la jornada 19, el equipo ha estado en tres jornadas en zona de descenso. Esas son la 20, la 21 y la actual. Tantas como con Pablo Machín en las primeras 18 semanas de competición. Lo cierto que con el asturiano el equipo vitoriano no ha mejorado los números firmados con su antecesor al frente. Con Pablo Machín, el equipo sumaba 18 puntos hasta su destitución, lo que supone haber logrado el 33,3% de los disputados. Con Abelardo, este porcentaje se reduce al 19%, después de haber logrado retener 4 de los 21 puntos que ha jugado. Casi uno de cada seis puntos puestos en juego.
Los siete partidos de Liga disputados por el Alavés desde el regreso de Abelardo se resumen en un triunfo, un empate y cinco derrotas. Unas cifras que lo han devuelto a la zona de descenso y que deberá mejorar en las próximas jornadas si quiere salir del pozo que, a día de hoy, lo condenaría al final de temporada. Y es que con la progresión actual de puntos, dado que restan trece jornadas, el Alavés acabaría la temporada con solamente 25 o 26 puntos, cifra que le condenaría inexorablemente al descenso a LaLiga SmartBank.
No habrá cese, por ahora
En cualquier caso, el puesto del asturiano no parece estar, ahora mismo, en el aire. Eso sí, el propio técnico sabe de sobra como funciona esto como comentábamos antes. Con solo 4 puntos sumados de 24 con él en el banquillo debe buscar la reacción de forma inmediata. La primera opción para hacerlo, remontar el vuelo frenando la sangría y quizá salir de nuevo fuera de descenso -donde recordemos cogió el asturiano al equipo- es el próximo lunes en el Benito Villamarín.