Al igual que hace dos semanas, los equipos del Principado en Segunda División volvieron a abonarse a la ‘X‘. Oviedo y Sporting sumaron un punto ante Mallorca y Sabadell respectivamente. Ambos partidos, hay que decirlo, a domicilio. Pese a ello, los empates dejan dos lecturas y dos sabores de boca diferentes. El Oviedo compitió de tú a tú en el campo del líder para sacar un valioso punto fruto del gran trabajo defensivo del equipo, que además tuvo opciones muy claras para llevarse el choque.
En el caso del Sporting, el punto supo a poco. A los rojiblancos parece que se le atascan los equipos de la zona baja de la tabla, y en Sabadell no pudo llevarse el triunfo para mantener el colchón de puntos con sus perseguidores. Y eso que más allá de una victoria, el cuadro de Gallego si logró cimentar ese empate gracias a los dos pilares fundamentales de este equipo: la efectividad de Djuka y la inspiración de Mariño bajo palos.
El balón no quiso entrar en el peor momento
- Un primer tiempo tirado a la basura: Lo dijo David Gallego tras el partido, pero es algo que todo sportinguista notó. El primer tiempo del Sporting en la Nova Creu Alta no fue nada bueno, sino que fue tirando a malo. A pesar de que dispuso de una de las mejores acciones y ocasiones de todo el primer tiempo con 0-0 aún en el marcador, ese periodo fue malo aunque no sufriese tampoco especialmente en defensa, lo pagó con un gol en contra. Gol polémico con un penalti más polémico aún, pero que premió a quien estuvo mejor: el Sabadell.
- Del VAR mejor no hablar: Hay dos cosas que parecen bastante poco discutibles. La primera es que en directo, la acción de Saúl García en el penalti, propiciada por un fallo enorme en un despeje, es muy clara. Pero vista la repetición se ve que la acción es al revés y es Héber Pena el que pisa a Saúl García. El cántabro sabía que no era penalti, pero el VAR tampoco revocó la acción. Un horrible colegiado como es Javier Iglesias Villanueva -de los peores de toda la categoría- mantuvo la decisión y el VAR vuelve a sembrar las dudas de su utilidad
- Djuka alcanza la veintena: Aun así el Sporting reaccionó tras el descanso. A partir del minuto 50 el equipo sportinguista empezó a entonarse y ya rondaba con peligro el área de Mackay. No creaba grandes ocasiones, pero con Djuka en el campo tampoco las necesita. El montenegrino no necesitó más que un balón suelto en la frontal para engatillar un disparo que se coló en la portería. Un gol que le sirve para alcanzar los 20 tantos justo antes de perderse dos partidos consecutivos por irse con Montenegro a disputar encuentros clasificatorios para el mundial de Qatar 2022.
- La falta de acierto castiga con dureza: Tras el 1-1 el Sporting fue netamente superior. El Sabadell tuvo dos opciones meridianamente claras en un remate de Edgar Hernández y en un disparo de Héber Pena que desvía Mariño. Pero es que desde el tanto de Djuka el equipo rojiblanco amasó seis ocasiones. Un disparo de Pedro, un mano a mano de Djuka, un disparo de Pablo García, un balón que Campuzano falla en el remate, un centro de Pablo García que se pasea y la última un mano a mano de Aitor García. Seis claras en el área vallesana que no acertó a convertir y por eso se queda la sensación de dos puntos perdidos y no uno ganado.
Punto al trabajo
- Ejercicio defensivo. El Oviedo cerró en Mallorca un partido sobresaliente a nivel competitivo. Los azules lograron anular el ataque de los isleños gracias a un trabajo defensivo sensacional. Arribas y Grippo fueron lo mejor del cuadro carbayón, que dio un giro radical a la imagen mostrada la semana anterior ante el Leganés en el Tartiere. Otro de los destacados fue un inspirado Lucas Ahijado, cuya papeleta en el lateral izquierdo, a pierna cambiada, no era nada sencilla. Pese a ello, el zaguero azul venció su duelo en el carril, transmitiendo la seguridad necesaria a sus compañeros y ayudando a Borja Sánchez en fase ofensiva.
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Sufrir y asentarse. Más allá de la buena actuación defensiva por parte del equipo de Ziganda, el conjunto asturiano lo pasó mal en el tramo inicial del partido. El Mallorca firmó un comienzo arrollador de partido, y pasó el primer cuarto de hora instalado en campo oviedista. Pese a ello, solo un disparo cruzado y una intervención de Femenías hicieron temblar la estructura azul. Ocasiones que, a la larga, serían las únicas de los isleños en todo el encuentro. Eso sí, con el paso de los minutos, el Oviedo se asentó y demostró que con esta versión puede puntuar ante cualquiera. Esa competitividad de la parte de atrás le hace ser un equipo que siempre tiene opciones.
- El ataque. Aunque quizás al actual Real Oviedo le falte algo de chispa en la parte de arriba, al menos para volver a aquella versión de finales del año 2020, en Mallorca hizo y generó lo suficiente para llevarse el partido. Los azules sonríen cuando Borja, Nahuel y Sangalli entran en contacto con el balón. Los tres aportan movilidad y dinamismo a un ataque en el que Leschuk regresaba a la titularidad. Pese a ello, el ariete no dispuso de opciones para perforar la meta rival. Quien si la tuvo fue Grippo, que tras un centro de Obeng se elevó por encima de todos para cabecear un balón que la zaga local sacó bajo palos.
- El descenso se ve de lejos. Tras una treintena de jornadas y metidos ya en el último tercio de la competición, el Oviedo busca certificar cuanto antes la salvación y no verse con el agua al cuello a final de temporada. Los azules son decimocuartos con 37 puntos, siete más que una zona de descenso que, por cierto, marca el Alcorcón, que jugará ante los azules en apenas una semana. Pero antes del cuadro alfarero llega la Ponferradina al Tartiere y lo hace, otra vez, en la semana en la club cumple un año más. Y ya son 95.