Semana intensa y difícil de describir para los dos equipos asturianos en el fútbol profesional. El Sporting, que ganó, perdió y empató, logra asentarse y afianzarse en la zona de playoff aunque dicen virtualmente adiós a cualquier esperanza de alcanzar el ascenso directo que pudiesen tener. Los rojiblancos, que lograron doblegar al Rayo a domicilio, rival directo por esa zona noble de la tabla, cayeron ante el Mirandés en casa en un partido que supuso un pequeño revés para el equipo de David Gallego que, pese a todo, aclaró que este resultado no les desanima ni les desvía de su camino.
El Real Oviedo, por su parte, parece haberse metido en un problema. Una semana sin victoria y con un punto de seis ante dos rivales directos lo confirman. Los azules, que no ganan desde hace dos meses, necesitan regresar a la senda del triunfo para poder respirar y encarrilar la permanencia. Y es que los datos de este 2021 se agravan aún más cuando se observa que todas las derrotas de los asturianos son ante rivales de la parte baja. Una zona ‘roja’ de la tabla que ya se ha puesto a solo cinco puntos.
Una semana muy complicada
- Cuatro puntos de nueve: La semana, complicada en medio de fechas de selecciones que dejaron al equipo sin Manu García (brillante con la sub21) y Djuka (menos brillante pero importante con Montenegro) se saldó con cuatro puntos de nueve posibles. Alcorcón, Rayo y Mirandés fueron los rivales y a tenor del juego desplegado pues es de justicia decir que no se mereció mucho más. Solo frente al Rayo Vallecano el equipo, con una buena dosis de fortuna cabe también destacar, el equipo dio la imagen que se espera de alguien que pelea por ascender. La carga de minutos y las bajas han mermado el potencial del equipo, pero lo cierto es que se termina una semana que deja alguna duda cuando se encara el tramo decisivo de la temporada
- La enfermería no da tregua: Porque si algo está afectando en estas semanas particularmente al equipo son las bajas. En los últimos tres encuentros ha acumulado en todos un total de seis bajas. Además en varios casos, rotativas, no siempre siempre los mismos jugadores, ya que ningún jugador fue baja en los tres partidos de la semana. La única buena noticia es que parece que todos los lesionados están ya muy cerca de volver y no estarán muchos más partidos ausentes. Algo que será clave para este tramo de final de temporada en la que, además de asegurar el play-off, debe llegar al mismo en plenitud de condiciones.
- Se acabó el fortín en casa: Además la semana tuvo la primera derrota como local de la campaña. Tras 17 partidos sin perder llegó la primera derrota en un mal partido. Es difícil saber si fue por relajación o exceso de confianza por las múltiples bajas que presentaba el rival. Pero lo cierto es que al equipo durante el partido se le notó ahogado. El mayor ejemplo fue un Djuka que se le vio mucho menos activo y móvil de lo que es costumbre. La derrota debe servir como un aviso a tiempo de que en esta categoría no vale relajación. El problema, en cierta medida, es que no es la primera vez que ocurre (recuerden Sabadell), pero sí la primera que acaba en derrota.
- Nueve jornadas para llegar óptimo a play-off: Y la semana de tres partidos también deja clara otra cosa. Si había alguna opción de poder llegar al ascenso directo, ésta se ha esfumado. El hecho de que esa segunda plaza esté a nueve puntos con solo veintisiete por jugarse lo hace virtualmente imposible. Quedan nueve partidos por jugar; cuatro en casa y cinco fuera para que este Sporting que por momentos ha sido revelación de la temporada dé todo para alcanzar esa promoción y pelear por el ascenso que se le resiste desde que volvió a descender en 2017.
El Oviedo se complica
- Empate a nada ante la Ponferradina. En un error muy grosero en la primera acción de ataque de los visitantes, el Oviedo concedió un gol que complicaba en exceso el partido. Los azules se vieron muy superados en los primeros compases de juego, pero lograron sobrevivir e igualar la contienda en otro grave error, esta vez de la zaga de la Ponferradina. A partir de ahí, y sobre todo en el segundo acto, el cuadro de Ziganda mejoró, pero no fue suficiente. A los asturianos les faltó esa chispa para hacer daño a su rival. Resultado final, en definitiva, un empate insuficiente.
- Mala salida que se acaba pagando. Al igual que ante la Ponferradina, el Oviedo regaló los primeros instantes de partido. Con un cambio de sistema y un equipo con muchas novedades, los azules encajaron a los dos minutos de juego un tanto que obligó a remar a contracorriente. Conforme pasaron los minutos, el cuadro asturiano se asentó y comenzó a generar peligro, pero no fue hasta el tramo final cuando Leschuk, con un gran cabezazo, salvaba los muebles. Un gol muy celebrado por todos, sabedores de la importancia que tenía. Porque, un partido propicio para sumar tres puntos se acabó convirtiendo en otro donde lo primordial era robarle dos a un rival directo.
- Dos partidos en uno. Inexplicable lo sucedido entre el minuto 25 y el final del encuentro en Castellón. El Real Oviedo, tras dos encuentros en los que encajó en los primeros minutos, realizó una gran puesta en escena en Castalia. Los de Ziganda fueron muy superiores en los primeros instantes, encontrando profundidad en banda izquierda y generando varias llegadas que no pudieron materializar. Pero a partir del minuto ya mencionado, el conjunto asturiano entró en un juego que favorecía más a su rival. Un partido bronco, rocoso y poco vistoso donde los de Garrido se manejaron. Y es que, hay que decirlo, el Oviedo perdió un partido en el que no le tiraron a puerta. Ojo con las dinámicas y más en estas fechas.
- Una situación que preocupa. El Oviedo, a expensas de lo que ocurra en la jornada del lunes, aún mantiene un colchón de siete puntos respecto a la zona de descenso. Pese a ello, 14 puntos de 42 en este 2021 preocupan. Y mucho, por cierto. A los azules les está costando reencontrarse con una buena versión que le permita ganar los partidos. Y es que son ocho empates, cuatro derrotas y solo dos victorias en estos primeros cuatro meses de año. En resumen, dos victorias en 114 días. Números que conducen a una dinámica difícil de frenar, pero que el equipo necesita cambiar cuanto antes.