Jornada para olvidar dentro de los equipos asturianos en Segunda División. El Oviedo, que logró un nuevo empate, y ya van dieciséis, no pudo doblegar a Las Palmas en un encuentro donde no pasó absolutamente nada. Y es que, salvo en el tiempo de descuento, las ocasiones brillaron por su ausencia. En las dos áreas. Un nuevo punto, en definitiva, que sabe a muy poco dentro del conjunto azul, ya que vuelve a escaparse una buena oportunidad para poner más tierra de por medio con el descenso.
El Sporting, por su parte, cayó derrotado en Tenerife en un encuentro que, aunque parecía de 0-0, acabó decantándose gracias a un tanto de Fran Sol tras un mal rechace de Mariño. La derrota, la segunda consecutiva para los hombres de David Gallego, viene acompañada, para su fortuna, de una benévola jornada, ya que ninguno de sus rivales directos logró la victoria. Por tanto, el equipo gijonés aún mantiene los siete puntos de ventaja con los que comenzó la jornada sobre el séptimo clasificado. Ahora, para ambos, ya ha empezado una semana especial. El derbi asturiano ya está en la mente de los dos equipos.
Otros 90 minutos insulsos
- Sin profundidad, ni ideas: El Sporting en Tenerife adoleció de una falta de ideas y un plan para superar la telaraña del club blanquiazul muy preocupante. Los locales no le disputaron el balón, eso es algo a lo que el cuadro rojiblanco está acostumbrado. Pero encadena varios encuentros a muy mal nivel en esa faceta que acostumbra a ser una de las grandes virtudes de este equipo. Manu García no brilla en este sistema; Pedro Díaz y Nacho lo intentan pero no pueden. Además, los laterales no desbordan y no dan profundidad. Todo ello le hace muy fácil de ser defendido.
- Atasco absoluto contra equipos ‘destructores’: Sobre todo porque los equipos como el Tenerife que juegan a no dejar jugar al rival y vivir durante noventa minutos y sus descuentos del error del rival exclusivamente se le atragantan. Le ha pasado contra muchos y en muy pocos y recientemente solo frente al Albacete se ha logrado salir con los tres puntos. Los rivales van conociendo al equipo de David Gallego y saben que su punto débil y por donde anular su capacidad creativa es por ahí. Hasta ahora el técnico no ha parecido darle importancia, pero es innegable que toca trabajar en ello para intentar encontrar soluciones y recursos.
- Mariño vuelve a conceder: De todos modos, el partido estaba condenado al 0-0 más absoluto y soporífero. Fue un tiro flojo de Vada, un mal despeje hacia el centro de Mariño y, eso sí, una buena lectura de Fran Sol lo que condenó al Sporting a perder. Quien casi nunca falla lleva en el último mes de competición varios fallos muy importantes y que han costado puntos. Aun así es injusto culpar al gallego de la derrota en todo su conjunto porque lo cierto es que los otros 13 jugadores que saltaron al campo no aportaron nada, ni tampoco desde el banquillo para evitar esa segunda derrota consecutiva.
- Dos derrotas peores en lo anímico que en lo clasificatorio: Quizá hayan llegado en el peor momento, pero no tan malo como si hubiera sido más adelante. El Sporting nunca encadenó dos derrotas consecutivas, algo que ha causado mucha desazón en la afición. David Gallego lo asumió tras el partido con mucha naturalidad. Es algo mucho más común que la anterior racha de diez partidos sin perder. Clasificatoriamente las derrotas no han tenido repercusión negativa porque sus rivales también ‘pinchan’ y sigue manteniendo una buena renta con la séptima plaza que es lo que importa. Eso sí, de cara al derbi, las sensaciones no son nada buenas.
Partido ‘sin’
- 0,0. Que entre ambos números, en vez de haber un guion vean una coma, tiene una sencilla explicación. Un símil, por ejemplo, a la bebida ‘sin’. Y es que el encuentro también fue ‘sin’. Sin ocasiones, sin intensidad, sin buscar con más ambición la meta rival, sin ver una intensidad propia de un encuentro de la jornada en la que nos encontramos (en este caso se parecía más a un partido de la segunda o tercera jornada). Y podríamos seguir muchas más líneas con estos ‘sin’. Eso sí, hablamos de los dos equipos, ya que hasta el tiempo de descuento apenas se vio movimiento en las áreas.
- Partido pobre. El Oviedo necesitaba sumar un triunfo para espantar las malas sensaciones y dar un salto de cara a la salvación. Y es que los azules suman cerca de dos meses sin ganar, por lo que los tres puntos tranquilizarían mucho al equipo, sobre todo en términos clasificatorios. Pese a ello, al Oviedo le costó mucho encontrar el camino hacia la meta rival. Es cierto que, hasta el tramo final, las dos únicas ocasiones fueron azules (Borja Sánchez y Tejera). Pese a ello, el cuadro de Ziganda no dio la sensación de ir a por el partido hasta el tramo final, donde dispuso de varias opciones para dejar en la capital de Asturias los tres puntos. Ni siquiera tras la expulsión de Jesé, el cuadro azul logró inquietar al meta rival, salvo en esos minutos de añadido.
- Cuesta sumar de tres. Y Ziganda así lo reconoció en la rueda de prensa posterior al partido. El técnico del Real Oviedo fue claro: «Nos cuesta ganar», destacó. Y es que resulta curioso que el Oviedo, que otro momento de la portería veía portería con relativa normalidad, ahora es incapaz de finalizar sus opciones. Al margen de los acertados que puedan estar sus atacantes, al equipo le falta esa chispa y velocidad en los metros finales para lograr un botín mayor en este tipo de partidos. La clasificación empieza a apretar, y el Oviedo, por encima de todo, necesita goles.
- Ziganda cumple 50. El encuentro ante Las Palmas supuso una cifra redonda para el entrenador del Real Oviedo. Ziganda cumplió el pasado sábado cincuenta partidos en el banquillo azul. Lo hace en un momento en el que las cosas no acaban de salir, aunque, a estas alturas, el equipo se parece al de la pasada campaña, que finalmente acabó salvando la categoría. En números, el técnico ha logrado 16 victorias, 19 empates y 15 derrotas.