Gran victoria del Celta de Vigo frente a un Osasuna en una situación muy similar a la del conjunto gallego. Los locales llegaban al envite tras tres jornadas sin conocer la victoria y la han conseguido en el día de hoy, certificando de manera absoluta su permanencia un año más en la categoría de oro. La parroquia celtiña se merecía un final de temporada tranquilo tras tantos años de sufrimiento y quién sabe si de aquí al final de temporada les cae un regalo en forma de alguna competición europea.
En lo referido a lo que ha sido el partido, hubieron unos primeros cuarenta y cinco minutos de claro color celeste. No obstante, el partido empezó torcido para los hombres de Coudet, pues a los siete minutos se tenía que marchar del terreno de jugo su capitán (Hugo Mallo) por lo que parece ser problemas en el abductor de la pierna izquierda.
Los primeros minutos fueron del conjunto rojillo, pero los locales poco a poco se fueron entonando y arrebatándole la posesión a los de Jagoba Arrasate. Y fue en el 17′ cuando llegó la primera ocasión clara del partido. Kevin enganchó una volea desde la frontal que se fue lamiendo el larguero y que pudo haber significado el 1-0 en el marcador. Un minuto después, Santi Mina gozó de una buena ocasión tras un fallo de Sergio Herrera pero no pudo enviar su disparo entre los tres palos.
El partido era un monólogo celtiña y en el 28′, Santi Mina tuvo otra clara ocasión para adelantar a los suyos. Esta vez se quedó en un mano a mano ante el portero rojillo, pero su disparo se fue al palo. Mientras ocurría todo esto, los visitantes ya acumulaban tres tarjetas amarillas, un indicador claro de cómo marchaba el partido.
El partido parecía encaminado a irse en tablas a cero al descanso, pero llegó Iago Aspas para firmar el primer gol del partido en una gran jugada personal. Encaró el príncipe de las bateas a su ex compañero Roncaglia desde el perfil derecho, le hizo una bicicleta, lo dejó sentado y cruzó ante Herrera pegando en el palo largo antes de entrar. Golazo y 1-0 al descanso.
Los segunda parte empezó con un triple cambio en las filas de Osasuna. Saltaban al campo Roberto Torres, Jony y Manu Sánchez y se marchaban Kike Barja, Rubén García y Juan Cruz. Como en la primera parte, los primeros minutos del segundo acto fueron para la escuadra rojilla, que pudo adelantarse en el 50′ si no es por el paradón que le hace Iván Villar a Brasanac. Dos minutos más tarde iba a llegar la polémica. El árbitro y el VAR anularon un gol a Nolito que partía desde una posición muy justa. Fuera de juego milimétrico.
Los minutos fueron pasando y ahora el claro dominador era Osasuna, que llegaba mucho y bien a los dominios del arquero celtiña. En el 61′ Budimir ejecutó un remate de cabeza que se marchó fuera por poco y Coudet, un minuto después, hizo un doble cambio. Se iban Nolito y Brais Méndez, y entraban Fran Beltrán y Solari. Y cuando peor lo estaba pasando el bando local, llegó Murillo para poner el 2-0 en el marcador. Remató picado de cabeza a la salida de un córner y puso más distancia de por medio, mientras celebraba el gol visiblemente emocionado.
Este gol dejó muy tocado a los rojillos y el partido poco a poco iba muriendo. Hasta que en una jugada aislada, en el 75′, el árbitro decretó penalti en una jugada entre Iago Aspas y Roberto Torres. Hizo falta revisión de VAR, pero finalmente fue penalti y amarilla para el delantero español. Roberto Torres cumplió con su parte y metió el penalti engañando a Iván villar y poniendo un poco de picante al partido de cara al tramo final. Sin embargo, el conjunto celeste no sufrió en los últimos minutos en exceso y el partido se perdió en el carrusel de cambios y algunas amarillas. Finalmente, victoria para el Celta de Vigo, que va a vivir un final de temporada tranquilo, al igual, que Osasuna que también ha hecho sus deberes con antelación.
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