Muchos ya habrán olvidado que en el Sevilla jugó, entre enero de 2018 y febrero de 2019, Guilherme Arana (Sao Paulo, Brasil, 14 de abril de 1997). El joven lateral o carrilero zurdo brasileño llegó al Sevilla como una apuesta del entonces director deportivo Óscar Arias que había tomado el relevo de Monchi cuando éste se fue a la Roma. Se pagaron 11 millones por su fichaje a Corinthians, pero éste no cuajó en ningún momento.
En el año completo entre febrero de 2018 y 2019 apenas jugó 16 partidos y superó levemente los 1.000 minutos disputados. La temporada pasada salió cedido al Atalanta donde tampoco cuajó y desde enero de 2020 está en Atlético Mineiro. Por su cesión por temporada y media, el conjunto de Minas Gerais debía abonar en tres plazos 5 millones de euros. Después se negoció que fuesen finalmente dos plazos; uno en enero de 2021 y otro en junio de 2021.
Sin embargo el primero de los dos plazos no llegó en tiempo y forma a Sevilla. Tras intentar su cobro por las vías convencionales, el Sevilla acudió recientemente a la FIFA quien ha intermediado para que Atlético Mineiro pague la cantidad o se le bloquearán sus derechos federativos tal y como marca la reglamentación de traspasos. A día de ayer el Sevilla no le constaba el cobro, aunque varios medios brasileños afirmaban que se había hecho ya.
Ahora el problema vendrá en junio cuando el Sevilla debe recibir los otros 2,5 millones del segundo plazo. Además finaliza su cesión y si Atlético Mineiro no ejecuta su opción de compra, Arana volverá a Sevilla donde le restará un año de contrato hasta 2022. De ocurrir ésto, se le deberá buscar una nueva salida pues en el club nervionense no parece cuenten con él.